comparte

Maniobra, he aquí las palabras del Gobierno que agudizan los hechos

Tras el lanzamiento de la Def, las liberaciones de Salvini, Di Maio, Conte y Savona confirman aún más la observación de Mario Draghi de que el Gobierno, además de sus acciones, empeora la situación con sus palabras - Aquí hay una colección de tonterías que también incluye Confindustria y la falsa izquierda de Emiliano y Fassina

Maniobra, he aquí las palabras del Gobierno que agudizan los hechos

El presidente del BCE, Mario Draghi, tenía toda la razón cuando, hace apenas unos días, observaba que “las palabras del Gobierno italiano han hecho daño“. Pero el problema es que, tras una Def que es un desafío abierto a Europa y a los mercados, El coleccionismo de salidas temerarias del Gobierno verdiamarillo no conoce descanso. De Matteo Salvini a Luigi Di Maio, de Giuseppe Conte a Paolo Savona, la muestra es amplia y el llamado del Presidente de la República, Sergio Mattarella, a respetar la Carta Constitucional en materia de cuentas públicas es todo menos un hecho rutinario. Al contrario, es una advertencia preventiva de que, en caso de empeoramiento de la situación italiana tanto en relación con Europa como en los mercados, el Quirinale no actuará como un pararrayos.

"no me importa europa“: sí, la palma de la broma más desafortunada pero a la vez más reveladora del post-Def definitivamente pertenece al viceprimer ministro de la Liga Norte. Con imprudente desvergüenza, Salvini no oculta sus pensamientos con palabras que remiten a un pasado nefasto. “Me comparan con el Duce, pero yo no retrocedo”. La esperanza de que, si avanza por el camino temerario que ha tomado, los italianos - tarde o temprano - dejarán de seguirlo, porque con él la probabilidad de que Italia, que se ha colocado al margen de Europa, salga de hecho del el euro aumenta día a día. Y llegados a ese punto quizás no habría una reedición de Piazzale Loreto pero seguro que los que van a perder del 30 al 40% de su sueldo, pensión o ahorro, lo mínimo que pueden hacer es perseguir a Northern League y pentastellati con la horca.

Y ver al presidente de Confindustria, Vincenzo BocciaEl aval de la Liga cuando la mayoría de sus empresas asociadas son empresas exportadoras clama revancha y uno se imagina la alegría que sentirían al ver a Italia salir de Europa con la ilusión de un regreso imposible a las devaluaciones competitivas de la época. Pero también hay bocados a la izquierda (?) si nos fijamos en las apreciaciones que el gobernador de Puglia, Michele Emiliano, y el diputado de Leu, Stefano Fassina no escatiman en la Def: cuando hay un olor a anti-Europa maniobras que no les faltan nunca.

Y cuando el otro viceprimer ministro, el grillino Luigi Di Maio, niega que "quieran usar la excusa de la maniobra para salir de Europa o del euro" y, con poca imaginación, no puede hacer otra cosa que acusan a la oposición y a la prensa de "terrorismo mediático para hacer saltar la difusión"Miente sabiendo que miente, porque es un poco difícil argumentar que los mercados son manipulados por la Pd, Forza Italia y los medios. Solo falta la referencia a las conspiraciones habituales de los poderes fuertes. Pero sus palabras no son falsedades menos locas que las de Salvini. Al fin y al cabo, Di Maio nos tiene acostumbrados a bailar el vals: un día dice una cosa y al otro la contraria, con la esperanza de que algún tonto siempre muerda.

Ciertamente más sobrias son las palabras de dos profesores como el primer ministro Giuseppe Conte y el Ministro de Asuntos Europeos, Paolo Savona, pero la basura sigue siendo basura hasta en sus bocas. En una entrevista concedida ayer al Corriere della Sera, Conte, agarrándose del clavo, llega a afirmar que está "seguro de que a los inversores les resultará muy conveniente invertir en Italia, también porque nuestro país, incluso más que muchos otros países europeos, ofrece el valor añadido de una sólida estabilidad política“. Cuántas ilusiones inútiles: la estabilidad política ciertamente no será suficiente para atraer a los inversores, que no pueden ver cuánta confianza pueden tener en un país que aumenta audazmente su déficit y su deuda y, sobre todo, no da ninguna garantía de querer quedarse en Europa. y en euros. Conte no es economista pero alguien debería explicarle que, si muchos inversores extranjeros se han ido de Italia durante meses, hay una razón.

Luego está el inefable profesor Savona, cuyos maestros -desde Guido Carli hasta Ugo La Malfa- se revuelven en sus tumbas cada vez que habla. Desde hace tiempo Savona repite dos estribillos: uno sobre el legendario gobernador del Banco de Italia, Donato Menichella, y otro sobre el infame plan B (leer Italexit) que Italia debería tener en caso de que aparezca uno de los muchos Cisnes Negros posibles. “Chiste so' 'e carte e con chiste sa' da jucà”, dice Savona con una metáfora atemporal que huele a excusatio non petita para justificar su presencia en el gobierno verdiverde. Pero, si siempre hubiera que sacar lo mejor de un lote malo, Ugo La Malfa y Enrico Cuccia nunca se habrían distanciado del fascismo y absolutamente nada obliga al profesor Savona a colaborar con este gobierno. Pero ni siquiera el del plan B, perdóneme el Ministro de Asuntos Europeos, resulta nada convincente y sabe a boomerang. A fuerza de mencionarlo, no es de extrañar que los mercados estén convencidos de que Italia ya no cree en Europa y en el euro y que el plan B, en lugar de exorcizar una elección trágica, acaba por hacer que Italexit se cumpla tarde o temprano.

Como escribió Pirandello, ¿Sabes "cuánto nos hacemos daño por esta maldita necesidad de hablar"? Pero, por supuesto, "cada uno a su manera".

Revisión