En febrero, la fabricación italiana se ralentizó más de lo esperado, a pesar de seguir creciendo por octavo mes consecutivo, gracias sobre todo al fuerte aumento de los nuevos pedidos destinados a los mercados exteriores. Según la encuesta económica realizada por Markit, el índice PMI manufacturero (un sector que representa el 19% de la economía italiana) registró una desaceleración el mes pasado a 52,3 puntos, desde los 53,1 de enero.
Este es el nivel más bajo en tres meses, también por debajo de las expectativas (52,8 puntos). Sin embargo, el índice se mantiene decididamente más allá del umbral de los 50 puntos, que marca el límite entre expansión y crecimiento. El subíndice relativo a los niveles de empleo continúa creciendo (a 50,5 puntos, desde 51,6 en enero), pero se desacelera hasta el nivel más bajo desde noviembre.
“Los niveles de nuevos pedidos recibidos están aumentando y, aunque ha disminuido desde el récord reciente de diciembre, la tasa de expansión se ha mantenido alta – escribe Markit -. Esto se debió al fuerte y más rápido aumento de los nuevos pedidos recibidos de clientes en el extranjero, que han seguido aumentando desde principios de 2013”.
El sector manufacturero confirma, por tanto, una mejor evolución que el de los servicios, más ligado a la demanda interna, que sigue siendo extremadamente débil.
