¿Quién no recuerda la aparición de Luigi Di Maio y Matteo Salvini en el Ambrosetti Forum de Cernobbio a principios de septiembre? Ambos prometieron quedarse en Europa, como si llamar a un imposible referéndum sobre el euro o ser aliados en el Parlamento Europeo de la ultraderecha racista y populista fueran distracciones inofensivas. El líder del Cinco Estrellas incluso llegó a señalar el modelo de los grillini en el gobierno español de Mariano Rajoy. Eso sí, solo los más ingenuos (o hipócritas) entre los representantes del establishment demostraron que se creían las tonterías de la Liga Norte y el Cinco Estrellas.
Pero se acercan las elecciones y las sirenas del oportunismo (o de la transformación) vuelven a encantar a la oposición en carrera. Tras abandonar el lenguaje populista y enfundarse un traje cruzado, Di Maio volvió ayer en una larga entrevista con La Stampa a cubrir con terciopelo el nervio expuesto de los grillini sobre Europa, llegando a argumentar que "hay un guerra social en curso y que sólo Europa puede salvarnos”.
¿Conversión camino de Damasco o pura desvergüenza electoral? Cada uno puede juzgar como quiera y bienvenido sea que, para intentar una toma del poder, los grillini renuncien a sí mismos y redescubran Europa. Pero para considerar confiables las palabras del líder del Cinco Estrellas, se necesitaría una contra-evidencia. Y la prueba llega puntualmente hacia el final de la entrevista cuando los periodistas de La Stampa preguntan sabiamente a Di Maio cómo se cree creíble si tiene siempre sobre la mesa la pistola del referéndum sobre el euro. El líder del Cinco Estrellas responde seráfico: “¿El referéndum sobre el euro? Lo consideramos una razón extrema”. Viva la sinceridad. Siempre se puede hacer un vals por Europa, pero el europeísmo es otra cosa.
