Virginia Raggi, alcaldesa de Roma, envió una carta a la prefecto Paola Basilone para pedir al Ministerio del Interior "una moratoria a los recién llegados" a la capital, dada la "fuerte presencia migratoria y el continuo flujo de ciudadanos extranjeros". El texto dice: "Me resulta imposible, además de arriesgado, hipotetizar estructuras adicionales de acogida, además de gran impacto y consistencia numérica en el territorio municipal". El anuncio llegó en Facebook:
Mientras tanto, apareció una publicación en el blog de Beppe Grillo comentando el plan Raggi para los campamentos romaníes: “Alto. Esta historia termina aquí. Ahora en Roma la música está cambiando. Cierre de campamentos romaníes, censo de todas las áreas ilegales y ciudades de tiendas de campaña. Cualquiera que afirme no tener ingresos y viaje con autos de lujo está fuera. Cualquiera que pida dinero en el metro, tal vez con menores a cuestas, está fuera. Además, se incrementará la vigilancia en el metro contra los carteristas. Nadie ha abordado el problema de esta manera antes. El servicio aplicado está muy extendido y cubre toda la ciudad. Estamos comenzando a cerrar los primeros dos de los nueve campos que aún están presentes en Roma. Digámoslo de inmediato: llevará tiempo. No son operaciones que se hacen de la noche a la mañana”.
Además, el Viminale revela el asombro por el giro del alcalde de Roma, frente al compromiso económico asumido por el gobierno para atender la emergencia migratoria. De hecho, entre finales de 2016 y principios de 2017 se ingresaron en las arcas de la capital 2 millones 340 mil euros. Se trata del Bono de Agradecimiento de 500 euros por migrante para los Municipios (2600 Municipios de 8000) que se han abierto para acoger refugiados. E incluso antes, en otoño de 2016, el gobierno también había otorgado una contribución extraordinaria de medio millón de euros a la administración municipal capitolina.
Según varios comentaristas, este giro a la derecha del Movimiento 5 Estrellas sería una jugada para recuperar terreno tras la última derrota electoral en las elecciones administrativas. Giorgia Meloni, presidente de los Hermanos de Italia y consejera capitolina, se pone del lado de Raggi: “Hizo bien – dijo – yo hubiera hecho lo mismo”. Matteo Salvini, líder de la Liga, también está esencialmente de acuerdo, pero en Facebook usa palabras más críticas:
