Cada año, los ciudadanos europeos producen unos quinientos kilos de basura cada uno. Una cifra que demuestra que existe "un camino paralelo entre la gestión de residuos y la modernidad: es decir, la gestión de residuos vista como una prueba de fuego de la capacidad (o no) de una sociedad para acceder al mundo moderno". Es sobre esta suposición que se basa “Autorretrato de basura”, el último libro escrito por Lorenzo Pinna y publicado por Bollati Boringhieri. El autor es un atento observador de las dinámicas de los ecosistemas, ya que las trata desde hace décadas tanto como periodista ("La Stampa", "Limes", "Focus") como colaborador de los programas de televisión "Quark" y "SuperQuark". ". .
El volumen ofrece un recorrido por las grandes ciudades del pasado, para documentar cómo el desarrollo de una civilización está íntimamente ligado al tema de los residuos. Roma, por ejemplo, también dominó el mundo porque logró organizar una red de agua y alcantarillado de vanguardia. Londres y París, en el siglo XIX, alcanzaron un máximo nivel de desarrollo para la época gracias a un enorme trabajo de modernización de los sistemas de agua y saneamiento. Llegamos entonces al análisis de Nápoles, cuya relación con la basura es ahora un problema atávico. En la capital de Campania, la Camorra gestiona el "negocio" de la basura, por lo que algunas zonas de la región son ahora más peligrosas que las inmediaciones de Chernobyl. Sin embargo, según Pinna, la situación es más clara de lo que uno podría pensar. “Las leyes y la tecnología son las correctas, pero para la disposición adecuada de los desechos se necesita dinero y voluntad política”.