Se lleva a cabo en los Estados Unidos. un increíble intento de golpe antidemocrático. Miércoles 6 de enero, día en que el Congreso se reúne para la ratificación final de la elección de Joe Biden a la presidencia, Donald Trump desata un violento asalto al edificio del parlamento en Washington, incitando a la acción a una multitud de sus seguidores más fanáticos. El objetivo de los alborotadores es ocupar el Congreso durante toda la noche, para bloquear su trabajo y así evitar la nominación de Biden, a quien Trump sigue impugnando, pese a que todas sus apelaciones relacionadas con presuntos fraudes han sido rechazadas por las autoridades debido a insuficiencia de pruebas.
Más temprano en la tarde, Trump se dirige a miles de manifestantes reunidos frente a la Casa Blanca a instancias suyas: “Nunca admitiré que perdí – dice – y si Pence hace lo correcto, yo gano. Las elecciones americanas son peores que en el Tercer Mundo”.
Entre sus seguidores también hay grupos camuflados, quizás armados, que han preparado el asalto al congreso intercambiando mensajes en las redes sociales. Facebook cerró (demasiado tarde) las páginas donde se organizaban los allanamientos sorpresa. A la una avanzan unos grupos hacia el Congreso, donde comienza la otra insurrección, la encabezada por el senador texano Ted Cruz y otra decena de trumpianos, más un centenar de diputados republicanos en la Cámara decididos a seguir a Trump impugnando hasta el final el resultado de las elecciones.
En el exterior, los alborotadores presionan contra un cordón policial totalmente insuficiente y alrededor de las tres logran instalarse, penetrando en el interior del Congreso, donde se dejaron llevar a actos de vandalismo y saqueo. Disparos de la policía matan a una manifestante, Ashli Babbit.
Recién a las tres y media, Trump tuitea: “No a la violencia, recuerden que somos el partido de la ley y el orden”. Mientras tanto, el alcalde de Washington ordena estado de emergencia y toque de queda a partir de las seis; Posteriormente, las medidas se extendieron por otros 15 días, es decir, el tiempo necesario para completar la transición presidencial. A las 45 se movilizan 1.100 miembros de la Guardia Nacional para socorrer a un policía en desbandada (su ausencia en el momento de la agresión será motivo de polémica, dado que tres días antes el alcalde de la capital había pedido su presencia).
En ese momento llega otro tuit de Trump, que no condena en absoluto lo sucedido: “Has sido víctima de una injusticia –escribe– sé cómo te sientes. Pero vete a casa y hazlo en paz.
Poco después de las 16 toma la palabra Biden: “La democracia es frágil; se está atacando nuestra libertad, el estado de derecho, la soberanía popular”. senador republicano Mi Romney, excandidato a la Casa Blanca contra Obama, no tiene dudas: "Lo que está pasando es culpa de Trump". Y el ex presidente George W. Bush aumentó la dosis: “Así se da el traspaso del poder en las repúblicas bananeras”.
El episodio es tan grave que el diputado de Trump, Mike Pence -llamado a presidir la sesión especial del Congreso- escribe una carta pública para distanciarse del presidente saliente, desvinculándose del intento de subvertir con violencia el resultado del voto popular. "Amo la Constitución - dice el texto - y esto no me da la autoridad unilateral para decidir qué votos deben contarse".
Ni el líder del grupo republicano en el Senado le da descuentos a Trump, Mitch McConnell: “Ay de nosotros si creamos este peligroso precedente, por el cual un partido derrotado en las elecciones utiliza el Parlamento para anular la voluntad de los votantes. Un día eso volvería para atormentarnos".
Al final es el propio Pence quien restablece el orden, desobedeciendo a su superior y desplegando la Guardia Nacional. Dirigentes parlamentarios retoman trabajos interrumpidos a última hora de la tarde y rechazan los últimos llamamientos contra la victoria de Biden poco antes de la medianoche, proclamando oficialmente su elección. Una señal de vuelta a la normalidad tras horas de locura golpista que lo ha producido todo cuatro muertos y 13 heridos.
Independientemente, al final Biden sale fortalecido, porque en las mismas horas ganó los dos escaños senatoriales en Georgia que le otorgan una mayoría homogénea en las dos cámaras del Parlamento.
Mientras tanto, Trump fue suspendido temporalmente de las principales redes sociales: Twitter, Facebook e Instagram. El presidente saliente publicó entonces una declaración que huele a rendición: “Si bien estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de las elecciones, habrá una transición ordenada al 20 de enero.“, el día de la juramentación e investidura de Joe Biden en la Casa Blanca. “Es el final del mejor período presidencial de la historia, pero es solo el comienzo de nuestra lucha para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande. Siempre he dicho que continuaremos nuestra lucha para que solo cuenten los votos legales”.
"La violencia es incompatible con el ejercicio de los derechos políticos y las libertades democráticas", comentó el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, quien sin embargo nunca mencionó a Trump, causando vergüenza en la mayoría. También han llegado palabras de condena de todos los líderes europeos, de Merkel y Macron a De la leyen vía JohnsonEl ex amigo de Trump.
También han surgido protestas desde el mundo del deporte estadounidense. Sobre todo, las palabras de Doc Rivers, uno de los entrenadores más famosos de la NBA: "¿Te imaginas lo que hubiera pasado hoy si todos los manifestantes negros hubieran irrumpido en el Congreso?".