“En la Eurozona se han incrementado los riesgos de ralentización de las perspectivas económicas”. Esta fue la advertencia lanzada por la mañana por el nuevo presidente del BCE, Mario Draghidurante una conferencia en Frankfurt. El banquero central espera que la actividad “se debilite en la mayoría de las economías avanzadas. Esto se deriva de un debilitamiento de varios componentes de los agregados de demanda, tanto interna como externa. Y eso se nota tanto en las encuestas como en los datos macroeconómicos más concretos”.
Para esto debe fortalecer el fondo de ahorro estatal (EFSF) a través del apalancamiento financiero lo antes posible: “Han pasado ya cuatro meses desde la cumbre que decidió poner a disposición los volúmenes de las garantías de emisiones de la EFSF -añadió Draghi- y cuatro semanas desde la cumbre que decidió reforzar sus recursos recurriendo al apalancamiento financiero en una proporción de cuatro o cinco, declarando que el EFSF estaría en pleno funcionamiento y que sus herramientas se utilizarían plenamente para garantizar la estabilidad financiera de la Eurozona. ¿Dónde está la implementación de estas decisiones establecidas desde hace mucho tiempo? No deberíamos tener que esperar más".
En cualquier caso, el objetivo principal de la Eurotower sigue siendo el de "garantizar la estabilidad de precios", tomando sus decisiones "con plena autonomía". En cuanto a las políticas que deberían establecer los países individuales para aliviar la presión del mercado, Draghi subrayó que la recuperación de la credibilidad implica "altos costos sociales", pero tanto las finanzas públicas "sólidas" de los países de la Eurozona como las reformas estructurales de sus economías son "cruciales" para la estabilidad financiera. Además, según informa Dow Jones, Draghi habría reiterado que la Unión Europea necesita reglas comunes sobre gobernanza económica que sean "mucho más robustas".
El número uno de Eurotower dijo entonces que estaba "consciente" de la Dificultades de financiación que están experimentando los bancos en la eurozona. En el BCE también hay conciencia de los problemas derivados de la diferenciación de los vencimientos de diversas partidas del balance de los bancos, mientras estos se ven obligados a aumentar sus niveles de capital en medio de una fase negativa de tensiones en los mercados.
Un panorama que se refleja en el sector de préstamos interbancarios, donde el negocio “sigue siendo moderado y centrado en vencimientos a corto plazo”. Esto se refleja en el recurso que los bancos hacen a la refinanciación del BCE y los depósitos que dejan en custodia en la entidad.
Para evitar que los bancos tengan problemas con la refinanciación a corto plazo, “las medidas no estándar más importantes -dijo Draghi- son las subastas de refinanciación a tipos fijos y con asignación íntegra de las solicitudes recibidas”. Además, el BCE, a través de acuerdos con la Reserva Federal estadounidense, también aseguró tres subastas de refinanciación en dólares.
Según Draghi, los principios a seguir en la política monetaria son “continuidad, consistencia y credibilidad. La continuidad se refiere principalmente a nuestro objetivo de garantizar la estabilidad de precios. Coherencia significa actuar de acuerdo con nuestro mandato principal. Credibilidad significa que nuestra política monetaria logra anclar las expectativas generales de inflación”.
