Europa finalmente puede sonreír: la pesadilla del populismo no ha puesto de rodillas a Holanda. Los votantes holandeses, que acudieron en masa a las urnas (82 %), rechazaron el populismo xenófobo y antieuropeo de Geert Wilders y devolvieron la victoria al Partido Liberal del primer ministro saliente Mark Rutte, que perdió votos pero quedó en el 21 %.
La actitud muy dura que mantuvo en vísperas de la votación contra la Turquía de Erdogan fue decisiva para el éxito de Rutte. “Holanda ha dicho no al populismo: es una noche importante”, comentó inmediatamente Rutte.
Decepcionado en cambio Wilders, a quien las encuestas daban como posible ganador y que en cambio se queda en el 15% con sólo 19 escaños, aunque creciendo. Diecinueve escaños también para los democratacristianos. En cambio, los laboristas se desploman (de 38 a 9 escaños) mientras los Verdes del treintañero Jesse Klaver, ya rebautizado como el holandés Trudeau, se disparan.
