Cuatro años después de Estonia y uno después de Letonia, el tercer país báltico, Lituania, también ha adoptado el euro desde el jueves XNUMX de enero. Con la bendición de los líderes políticos y financieros europeos y nacionales, pero también con las perplejidades no del todo resueltas de una parte nada desdeñable de sus tres millones de habitantes, Lituania entra así en la Eurozona, el decimonoveno estado miembro en el orden del tiempo. Una elección obligatoria como prescriben los Tratados europeos, pero también inevitable precisamente como consecuencia de la decisión análoga ya tomada por las otras dos Repúblicas bálticas. Una decisión que podría haber dejado al país fuera del círculo de las inversiones extranjeras directas, vitales para la economía de un pequeño estado carente de recursos naturales.
Pero la adopción del euro, como subrayó en los últimos días el presidente del consejo de administración del Banco de Lituania Vitas Vasiliauskas en una entrevista con Euronews, “no es solo un proyecto económico. También es un proyecto político: ahora, con los tres países bálticos integrados en el sistema del euro, creo que la gente puede sentirse segura".
Sin embargo, no todos los lituanos, como lo demuestran las repetidas encuestas sobre el tema, se declaran a favor de la introducción de la moneda única. No solo porque temen que, como ha sucedido en otros países de la UE (los italianos lo sabemos bien), el cambio de moneda pueda conducir a un peligroso aumento de los precios. Pero también, y quizás sobre todo, por una razón que se siente especialmente en Lituania: la estrechísima conexión simbólica entre el litas, la moneda lituana que volvió a circular en 1991 tras el largo paréntesis del rublo, y la independencia nacional recuperada con el fin de la dura ocupación soviética.
Sin embargo, al margen de la percepción simbólica de la soberanía monetaria, el presidente del consejo de administración del Banco de Lituania, de nuevo en la entrevista con Euronews, recuerda que "desde 2002 tenemos un régimen de tipos fijos en la relación litas-euro".
Por tanto, añade Vitas Vasiliauskas, "desde entonces no hemos sido independientes desde el punto de vista monetario, de hecho es como si hubiéramos adoptado el euro hace doce años". Toda Lituania, desde la capital Vilnius hasta los pueblos más remotos. . El primero, producido en masa por la Casa de la Moneda del Estado, a razón de dos millones de piezas por día. Los otros, a falta de momento de una tipografía capaz de garantizar los altísimos requisitos de calidad exigidos por el Banco Central Europeo, llegaron a Vilnius desde Alemania el mes pasado con tres vuelos especiales en cantidades suficientes para este inicio del "cambio": pues para ser exactos, se trataba de 132 millones de billetes para un peso total de 114 toneladas.
La entrada de Lituania en el euro es un ejemplo de un camino virtuoso, esta es la opinión expresada por Mario Draghi con motivo de su visita a Vilnius poco tiempo después de que el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo dieran el visto bueno en julio de forma gratuita a la propuesta de la Comisión de Bruselas. Camino virtuoso completado - es la evaluación del presidente del Banco Central Europeo - sin ayuda externa y muy rápidamente.
Una valoración, esta de Draghi, coincide sustancialmente con la del vicepresidente de la Comisión de la UE Jyrki Katainen. “Lituania entra en la Eurozona desde una posición fuerte gracias a un crecimiento medio de su producto interior bruto del 3% anual a partir de 2011, por tanto tras la durísima crisis que en 2009-2010 había puesto de rodillas al país báltico”, ha subrayado la “mente” económico-financiera del Ejecutivo presidido por Juncker.