Otra ronda, otro empate, otra ronda de pitidos del San Siro. Por cuarta vez consecutiva el Inter se pierde la cita con la victoria y ahora la situación es realmente gris. El 2-2 con el Bologna es un mal resultado, como las expresiones en los rostros de Thohir y Mazzarri al final del partido. El técnico corre ahora un grave riesgo de exención, porque Europa cada vez se complica más y porque el juego no convence. Ni siquiera el ansiado penalti fue capaz de dar la victoria a los nerazzurri, que incluso se arriesgaron a perder en la final. Habría sido el apocalipsis, pero aun así, no da para reírse mucho. Mazzarri ya no parece tener las claves para influir en el equipo y sus elecciones, por el contrario, son bastante polémicas. Es cierto que la calidad de la plantilla es la que es, pero el inmovilismo táctico, el ostracismo hacia los jugadores jóvenes (sobre todo Kovacic) y la incapacidad para vencer a rivales mucho más débiles son agravantes en el currículum del entrenador. “El problema es la presión, estos muchachos no pueden manejar la ventaja y entonces las victorias no llegan – se defendió Mazzarri. – Nuestro nombre es Inter, siempre debemos intentar ganar porque no podemos darnos el lujo de dar un paso en falso y eso genera ansiedad. Echamos de menos goles increíbles, incluso desde el punto de penalti y lo aprovechamos en la primera oportunidad. Sinceramente, lo veo así".
Iba a ser la noche de Kovacic, pero Álvarez salta al campo desde el primer minuto. El Inter empezó bien y a los 6 minutos ya estaba por delante: Nagatomo centró un bonito balón desde la izquierda que Icardi supo muy bien embestir y rematar. El 1-0 parece el preludio de una tarde tranquila, para vivirla sin preocupaciones, pero no es así. Tras un momento de desconcierto, el Bolonia se recompuso y salió a buscar una oportunidad para igualar. Que llega en el minuto 36: Handanovic salva a Christodoulopoulos pero nada puede hacer sobre la navaja de Pazienza. Todo por rehacer para el Inter, que recoge la primera dosis de abucheos de la velada por parte de su público. En el inicio de la segunda parte Mazzarri empuja al equipo hacia adelante: D'Ambrosio en Kovacic, con Álvarez jugando de extremo en el centro del campo. La mentalidad parece ser la correcta y en el minuto 63 pasan los nerazzurri. Es de nuevo Icardi quien dibuja el comodín con un espectacular derechazo que se cuela en la red tras tocar el poste. Parece hecho de nuevo, pero la fragilidad de este Inter no conoce límites. En el 73, Rolando cometió un sensacional error en el centro del área, cediendo el balón efectivamente a Kone: para el griego, marcar el 2-2 era un juego de niños. San Siro se queja pero lo peor está por venir. En el minuto 83 Mantovani tira de Palacio, para Mazzoleni es penalti. El tabú del punto de penalti (había estado ausente 33 partidos) se confirmó sin embargo como tal: Milito, que había entrado unos minutos antes en lugar de Cambiasso, pateó mal y Curci rechazó. El error derriba al Inter y hasta corre el riesgo de perder: en el minuto 92 Acquafresca tiene la sensacional ocasión de poner el 2-3 pero Handanovic lo salva todo de milagro. Así termina 2-2 y la afición nerazzurra muestra el pulgar hacia abajo. Este Inter se arriesga seriamente a comprometer la clasificación para la Europa League, el objetivo mínimo de la temporada. Incluso Thohir, que difícilmente toleraría tal fracaso, lo ha notado.