Sólo el Inter y… la Juventus disfrutan. El miércoles en la liga, que podría haber cambiado la clasificación, los únicos sonrientes eran los nerazzurri y los bianconeri, los primeros gracias a la victoria en Génova que cierra la zona de la Champions, los segundos por la derrota del Napoli que trae la octavo Scudetto consecutivo aún más cerca: el próximo fin de semana ya podría ser el de la fiesta, siempre y cuando gane al Milan y espere que los Azzurri vuelvan a caer.
Pero si el título ha sido durante mucho tiempo una mera cuestión matemática, no es para la carrera por Europa lo que cuenta, tan impredecible como para escapar a cualquier lógica y predicción. Baste decir que el empate de Gattuso con el Udinese, de un paso en falso, se convirtió en un punto ganado, aunque el Atalanta, comprometido esta noche ante el Bologna (21 horas), podría incluso irse a 1.
Encontrar a los Gasperini pisándoles los talones ciertamente no sería un placer, pero el Milán podría haber ido mucho peor: los fantasmas de Lazio y Roma, de hecho, fallaron la oportunidad de hacer que la lucha por el cuarto lugar fuera una verdadera pelea.
El Inter, por su parte, aprovechó la coyuntura para conquistar al Genoa con un cuarteto para el recuerdo, tanto por el resultado como por el regreso de Icardi, de vuelta al terreno de juego tras 53 días de "forzado romper". El argentino convirtió un penal obtenido por él mismo con la expulsión acompañante de Romero (39'), luego mandó a puerta a Perisic (¡solo él, el gran enemigo!) para el 3-0 (54'), sancionando así de la mejor manera la final de hostilidades, al menos hasta junio.
Los otros dos goles son obra de Gagliardini, uno al inicio (15'), el otro al final del encuentro (80'), si es que así fue. “Fue un gran partido de todos – comentó Spalletti – Una actuación de un equipo maduro, estos son tres puntos fundamentales después de los perdidos contra Lazio. Mauro? Hizo un buen partido, el resto son decisiones de quien las tiene que tomar".
Más allá de Icardi, ayer fue un día fundamental para el Inter, de vuelta a una distancia segura de los romanos: gracias al 0-4 de Marassi, claro, pero también a los traspiés de los citados jugadores, incapaces de vencer a sus respectivos rivales.
El empate de la Roma ante la Fiorentina y, sobre todo, la derrota de la Lazio en Ferrara, suponen dos sensacionales oportunidades desperdiciadas para acortar la clasificación, aunque de distinta forma. En el Olimpico fue un partido lleno de goles y emociones, como lo demuestra el 2-2 final con los giallorossi recuperando, por partida doble, la ventaja momentánea de la Viola (13' Pezzella, 51' Gerson) gracias a Zaniolo (14' ) ya Perotti (56').
"Hemos tenido una buena reacción dos veces, tenemos que estar satisfechos - palabras de Ranieri - Esto era lo que quería: demostrarnos a nosotros mismos y a nuestra afición, todavía estamos allí, podemos ir a Europa".
Sin embargo, el principal sigue a 4 puntos de distancia, los mismos puntos que separan a la Lazio del Milan: la derrota ante el Spal es el resultado más sorprendente del miércoles. Fue Petagna quien decidió un partido ahora destinado al empate 0-0 en un penal (89') que enfureció a Inzaghi, aunque las imágenes dejan pocas dudas: la falta sobre Cionek sí era punible.
“No lo he vuelto a ver pero los chicos del vestuario me dijeron que no estaba – explicó el entrenador de la Lazio – Lo sentimos, fue una gran oportunidad que no aprovechamos”.
Amarga derrota, como la del Nápoles aunque aquí los puntos en juego fueran objetivamente menos pesados. Pero la eliminatoria en el campo del Empoli (2-1, goles de Farias, empate momentáneo de Zielinski y toque final de Di Lorenzo) demuestra, una vez más, que los azzurri están a años luz de ser un equipo ganador y no poco preocupante de cara a la Europa League, el único gol que le queda esta temporada hasta ahora tacaño de emociones.
“Faltó cabeza y piernas, partido apagado desde el primer hasta el último minuto, merecida derrota y no hay más que decir – reconoció Ancelotti – Estábamos desordenados y desatentos, así que Empoli tomó el relevo. Ahora toca levantar las manos y pensar en el próximo partido”.