Las multinacionales del tabaco están tratando de mantenerse al día con las preferencias cambiantes de los consumidores al apuntar al mercado cada vez mayor de cigarrillos electrónicos. Es el caso de las estadounidenses Altria Group, Reynolds American y Lorillard, todas ellas dedicadas a iniciar o incrementar la producción de cigarrillos electrónicos, a pesar de que han surgido dudas sobre las supuestas ventajas de estos sustitutos del tabaquismo.
La reconversión es imprescindible, al fin y al cabo, ya que mantener una posición en el mercado tradicional de cigarrillos es cada día más difícil, al menos en el mundo occidental, donde los fumadores, en medio de costes al alza, prohibiciones, alarmas sanitarias y estigmas sociales, están en fuerte declive. . Los usuarios de cigarrillos electrónicos han ido aumentando desde 2006 de unos pocos miles a varios millones y la facturación ha alcanzado los dos mil millones de dólares en Estados Unidos.
Altria, propietaria de Philip Morris, el fabricante de cigarrillos más grande del país, está trabajando activamente para expandir su subsidiaria MarkTen, diseñada específicamente para lanzar el cigarrillo electrónico Altria. Lorillard, por su parte, ha realizado una fuerte inversión en la promoción de Blu eCigs, fabricante de cigarrillos electrónicos adquirido en 2012 y ya bien posicionado a nivel nacional.
El buque insignia de Reynolds, sin embargo, es la marca Vuse, lanzada en Colorado y Utah el verano pasado y que se convirtió en el cigarrillo electrónico más vendido en ambos estados en tan solo un año. Fortalecidos por el éxito alcanzado, Reynolds se prepara para distribuir la marca por todo el territorio nacional. El cigarrillo electrónico Vuse, afirma Reynolds, puede monitorear y ajustar automáticamente la potencia y el calor necesarios para calentar el agua y la solución de nicotina, para obtener el "golpe perfecto de humo".
