El uno-dos fue más una bofetada que otra cosa. Los mercados esperaban mucho de las reuniones de los dos bancos centrales más poderosos del mundo, la Fed y el BCE. Pero en ambos casos las expectativas se vieron defraudadas; no se sacaron conejos del sombrero. Y los mercados asiáticos han bajado más del 1% esta mañana, reduciendo a la mitad la ganancia de la semana.
Sin embargo, es posible una lectura más optimista de las declaraciones tanto en el caso de la Fed como en el del BCE. Básicamente, la Fed dice que está lista para intervenir, con una elección de palabras más vinculante que los dictados de la reunión de hace un mes. Mientras que Draghi fue aún más explícito, hablando de operaciones de mercado abierto sin poner límites, y mencionando abiertamente la inaceptable 'prima de reversibilidad', es decir, esa parte del diferencial que depende del miedo a la ruptura del euro. El juego está abierto, ante la oposición de los dinosaurios del Bundesbank, pero se perfilan los contornos de un acuerdo entre los gobiernos y el banco central para contrarrestar en la práctica los niveles de diferenciales juzgados injustificados con respecto a los fundamentales.
