El número de trabajadores estadounidenses que solicitaron beneficios por desempleo la semana pasada cayó a su nivel más bajo desde abril de 2006. Sin embargo, el gobierno frenó de inmediato el entusiasmo: los errores en la comunicación de datos por parte de algunos estados podrían haber pesado en la cifra. En particular, dos estados no entregaron datos completos debido a problemas técnicos relacionados con la transición a un nuevo sistema informático que imposibilitó recibir y contabilizar todas las solicitudes.
Las solicitudes iniciales de desempleo cayeron en 7 a 31 en la semana que finalizó el 292 de septiembre, mientras que los analistas esperaban un aumento a 330, según el Departamento de Trabajo. La cifra de la semana anterior se mantuvo sin cambios en 323 unidades.
La media de cuatro semanas, más fiable al no estar sujeta a las fluctuaciones del mercado, descendió en 7.500 unidades hasta las 321.250, el mínimo desde octubre de 2007. La cifra se mantiene por debajo de las 400 unidades, un umbral que, según los analistas, marca un punto muerto.
El número total de trabajadores que percibieron prestaciones por desempleo durante más de una semana -en relación con la semana que finalizó el 31 de agosto, la última de la que se dispone de datos- descendió en 73 hasta los 2.871.000, el mínimo desde marzo de 2008.
