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Trabajo, Italia hacia un Caporetto: por eso

Los últimos datos de Istat son una llamada de atención - La dinámica contratación-despido es significativamente negativa y medidas como la cuota 100 y la renta básica no ayudarán en nada: al contrario, corren el riesgo de aumentar el número de parados y provocar que el número de empleados a caer

Trabajo, Italia hacia un Caporetto: por eso

Como se predijo con mucha antelación, el mercado laboral ha tomado un descenso decisivo. Los datos de empleo de Istat referentes al mes de febrero presentan un panorama despiadadamente desolador, sin ni siquiera los claroscuros de los meses anteriores.

Exégetas del área de gobierno hacen alarde de satisfacción con los datos de tendencia, es decir, de los últimos doce meses (+113.000 ocupados, igual a +0,5%) fingiendo olvidar que el empleo fue creciendo hasta mayo de 2018 (23.327.000 ocupados) cuando aún no estaba en funciones este gobierno y que sólo más tarde, al menos así lo dicen los números, a partir de la segunda mitad del año, empezó a declinar. Es un grave error subestimar o ignorar los datos económicos (mes a mes) que muestra, en febrero de 2019, 23.211.000 ocupados (-0,1% respecto a enero) pero sobre todo la composición de este número de ocupados: -44.000 empleados, ni siquiera reequilibrados por el crecimiento de los autónomos (+30.000). Hablando de autónomos: sería conveniente una investigación sobre las Comunicaciones Obligatorias y la apertura de nuevos números de IVA cruzando los Códigos Tributarios para hacerse una idea de cuánto pueden tener las medidas de ventaja fiscal a favor de los autónomos afectado estos movimientos.

Pero lo peor es que los 44.000 empleados menos son 33.000 con contrato indefinido y 11.000 con contrato temporal: Las políticas "expansivas" del Gobierno no sólo no aumentan el empleo, sino que ni siquiera lo defienden. Y si podemos recordar honestamente que el descenso generalizado del empleo se debe, al menos en parte, a una situación económica desfavorable, no se puede decir lo mismo de la que ha sido bandera del Gobierno: la lucha contra la precariedad y los contratos estables "por ley". "que Decreto de dignidad. De hecho, como era de esperar, ha tomó medidas enérgicas contra los contratos de duración determinada, pero no dio impulso a los contratos indefinidos. Algunas ilusiones habían surgido en enero, que terminó con un empleo fijo de +56.000, dado que sin embargo era adicto a un fenómeno predecible, que fácilmente se deduce de los datos del INPS que registran flujos de empleo: en enero los nuevos contratos indefinidos contratos hay casi 165.000, pero de estos 115.000 son transformaciones de contratos de duración determinada, mientras que las rescisiones son 120.000. Es decir, las empresas han optado (como es habitual, por facilidad administrativa) por concentrar en el mes de diciembre la transformación en contratos indefinidos de los plazos fijos que habían decidido estabilizar. Una vez agotado el reservorio de contratos de duración determinada a estabilizar, se mantiene la dinámica natural de contrataciones-extinciones, que es evidente y significativamente negativo. Además, había 14.851.000 empleados permanentes en agosto de 2018, el último mes que es antes de la entrada en vigor del Decreto Dignidad, son 14.837.000 en febrero, después de seis meses de vigencia del Decreto y los contratos a término fijo son idénticos a la cantidad. eso fue en mayo de 2018...

Lo que más llama la atención, sin embargo, es la insistencia con la que el Primer Ministro y el Viceprimer Ministro se refieren a las magníficas y progresivas fortunas que ha supuesto la entrada en vigor del Cuota 100 e Ingresos por ciudadanía que debería dar un impulso decisivo al empleo.

Cuota 100 registró alrededor de 2019 solicitudes a fines de marzo de 100.000, lo que debería tender a convertirse 300.000 para fin de año, a los que habría que añadir 40.000 pensiones anticipadas "normales" y 10.000 "opción femenina”. Aunque sólo se aceptaran dos tercios de las solicitudes, al final del año tendríamos 250.000 trabajadores menos (previsiones del Centro de Estudios de Itinerarios de la Seguridad Social). ¿Cuál será la tasa de reemplazo de estos jubilados?

Se espera que alrededor del 17% trabaje por cuenta propia (proyectando las proporciones de fines de marzo a fin de año) y es obvio que no serán reemplazados; 30% serán Empleados Públicos quienes, debido a las limitaciones impuestas a la contratación en la Administración Pública, sólo serán sustituidos parcialmente; Al final El 53% serán empleados de empresas privadas: de nada sirve esperar tasas de reposición significativas: por el contrario, las empresas utilizarán la cuota 100 para animar a cualquiera que tenga posibilidad de jubilarse, como alternativa a los despidos y las cajas extraordinarias de cesantía, que vendrán sugeridas por la negativa coyuntura económica . Incluso si llegara al 40% (¡lo cual es muy optimista!) tendríamos alrededor de 130.000 empleados menos. Y, fíjate bien, en su mayor parte indefinidamente.

Pero incluso la Renta de la Ciudadanía corre el riesgo de convertirse en un incentivo para la extinción de las relaciones laborales, como señala albanés y pájaro carpintero en LaVoce.info: trabajadores con contratos de trabajo más cortos, que por lo tanto no han pagado las cotizaciones para recibir el NASPI, podrían ser despedidos porque estarían cubiertos por la Renta de Ciudadanía. Por el contrario, no tiene credibilidad como instrumento de las políticas de empleo.

Se podría decir que se avecina un Caporetto, con los tres Primeros Ministros en el papel del testarudo Cadorna y sus compinches Badoglio y Graziani; esperamos, en interés del país, no encontrarnos defendiendo una nueva "línea Piave" que haría inevitable la búsqueda frenética de un "nuevo" Díaz, capaz de convencer al país de aceptar las medidas necesarias y eficaces para volver al crecimiento y para crear puestos de trabajo.

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