¿Quién ganó el gran juego de nominaciones públicas? ¿Mateo Renzi, Paolo Gentiloni o Pier Carlo Padoan? Hace dos días que las tarantolati de Montecitorio, esos periodistas parlamentarios y esos políticos acostumbrados a mirar los acontecimientos de la política solo por el ojo de la cerradura y sopesarlo todo en la balanza del poder, se hacen preguntas que dejan el tiempo que encuentran y que no tocan ni remotamente el meollo de la cuestión, que es sólo uno y es si los directivos elegidos por el Gobierno para dirigir las grandes empresas públicas están o no a la altura de la tarea que se les ha encomendado. Y es sobre esto que vale la pena reflexionar.
Desde que el Gobierno ha confirmado la alta dirección de ENI, ENEL y ENAV (salvo cambio de presidente), que habían reportado resultados satisfactorios o más que satisfactorios en el trienio anterior, el problema afecta principalmente a los tres grandes grupos (Leonardo- Finmeccanica, Poste Italiane y Terna) donde se produjo el cambio de guardia. Y donde ciertamente emerge la impronta de Renzi (Alessandro Profumo al timón de Leonardo) pero donde Gentiloni y sobre todo Padoan también contaron en la elección de los nuevos timoneles de Correos y Terna.
El nodo central es obviamente el de la sorpresiva cita de Profumo. ¿Puede un banquero de pura raza, unánimemente reconocido, pero sin experiencia industrial liderar una realidad manufacturera de alta tecnología como la de Leonardo, que va desde la industria de defensa hasta la aeroespacial y la electrónica para la seguridad? ¿Existe tal vez un plan para desmantelar la fabricación italiana de alta tecnología representada por Leonardo?
En verdad, Finmeccanica ya ha sido muy bien dirigida en los últimos años por un gerente de extracción financiera como Alessandro Pansa a quien el gobierno Renzi, a pesar de la opinión diferente del ministro Padoan, se equivocó al reemplazarlo por Mauro Moretti, el restaurador de los Ferrocarriles del Estado que Tropezó en la sentencia de primera instancia a siete años por el desastre de Viareggio y por ello no reconfirmó. Sin embargo, Pansa tuvo tiempo de conocer en profundidad a Finmeccanica, habiendo sido su director financiero antes de convertirse en su director general. Sin embargo, la elección de Profumo no es un salto en la oscuridad sino que es el buque insignia de las nuevas citas públicas.
Está claro que el primer motivo que, por sugerencia personal de Renzi, llevó al Gobierno a llamar a Profumo fue dejar caer un as con una candidatura de altísimo perfil profesional y de indiscutible fama internacional para sustituir a un alto directivo de la talla de Moretti y relanzar la imagen del sistema italiano. Las primeras encuestas sobre Alfredo Altavilla, que al final prefirió quedarse junto a Marchionne en FCA, ya habían revelado el identikit del futuro jefe de Leonardo.
Profumo no tiene habilidades industriales pero tiene una gran experiencia gerencial, sabe trabajar en equipo, sabe manejar situaciones complejas, tiene relaciones internacionales de primer nivel, tiene un espíritu de independencia y una moral incuestionable (cualidad fundamental en la mundo insidioso en el que debe operar Leonardo) y, a lo largo de los años, ha suavizado mucho esos excesos temperamentales que al comienzo de su ascenso en Unicredit habían inducido a los críticos a apodarlo "Profumo di arrogance".
El ex banquero es el primero en saber que Leonardo no puede estar solo al mando. Y de hecho lo apoyará un gerente general que conoce bien a Leonardo como Fabrizio Giulianini, el jefe de electrónica de defensa, y un presidente con la experiencia de Gianni De Gennaro. La curiosidad y la pasión por el trabajo que distinguen a Profumo lo ayudarán. Pero, ¿la misión será desmantelar la antigua Finmeccanica? No hay elementos para suponer que a pocos meses de las elecciones este pueda ser el objetivo de Renzi y del Gobierno, pero sin duda habrá que pensar en el futuro de Leonardo, centrándose y potenciando las actividades en las que el grupo puede destacarse en Europa y buscar alianzas o despedir a aquellas donde el juego está perdido: Y aquí la experiencia de Profumo y el conocimiento internacional completo podrían resultar invaluables.
¿Y los nuevos nombramientos en Correos y en Terna? Es una pena que el Gobierno haya considerado necesario sustituir al director general de Poste Italiane, Francesco Caio, que había aumentado mucho los beneficios, pero las diferencias en el polo del ahorro y las constantes desavenencias con el presidente Todini probablemente le fueron fatales. Afortunadamente, la pareja que ahora está al frente de Correos es de primer nivel tanto por la elección de Matteo Del Fante como nuevo director general como por la de Maria Bianca Farina como presidenta. Del Fante, que en tres años ha fortalecido considerablemente a Terna y que es uno de los directivos públicos más prometedores de la nueva generación, conoce a la perfección el negocio postal y financiero, ya que lo trató directamente cuando era director de Cassa depositi e prestiti. Por eso el ministro Padoan, de acuerdo con Gentiloni y Renzi, ha apostado por él. La Farina, quien también es presidente de ANIA, está en casa en la oficina de correos donde ha producido ganancias tras ganancias en el negocio de gestión de activos y seguros de Poste Vita.
Finalmente, Padoan también dejó su huella en Terna, donde, resistiendo las presiones políticas del Partido Demócrata y otros que presionaban por candidatos de las empresas de servicios públicos locales, optó como nuevo director general por Luigi Ferraris, director financiero saliente de Poste Italiane y en el pasado de Está en el. Para el ministro de Economía esta vez no fue como hace tres años cuando entró al estudio de Renzi en el Palazzo Chigi con la lista de candidatos, pero encontró al primer ministro decidido a hacer lo suyo y desechar a todos.