En 2050, la mitad de la energía mundial y el 92% de la utilizada en la Unión Europea será producida por energía eólica o solar. El crecimiento de las dos principales fuentes renovables será, por tanto, exponencial, teniendo en cuenta que hoy su cuota no supera el 7%. En cuanto a los combustibles fósiles, de aquí a mediados de siglo el peso del carbón en la producción de electricidad bajará del 37 al 12%, mientras que el petróleo se abandonará casi por completo. Así lo pronostican los analistas de Bloomberg NEF en la última edición del “New Energy Outlook”, presentado el miércoles en la sede de Enel en Roma.
REDUCCIÓN DE COSTO
Aguas arriba de esta transición están las "fuertes reducciones en los costos de la tecnología", escriben los investigadores, subrayando que ya hoy en dos tercios del mundo, el viento y el sol representan las opciones más convenientes para agregar nuevas fuentes de energía. Y será aún mejor en el futuro: las baterías fotovoltaicas, eólicas y de iones de litio verán caer sus costos en un 28%, 14% y 18% por cada duplicación de la capacidad instalada global.
INVERSIONES SUPERIORES A 13 MIL MIL MILLONES
También para 2050, según Bloomberg NEF, la demanda de energía aumentará un 62%, mientras que la capacidad energética global se triplicará gracias a inversiones totales de 13.300 billones de dólares. Entre las diversas fuentes, las dos principales renovables atraerán más recursos: de hecho, la eólica se sitúa a la cabeza con 5.300 millones de dólares, seguida de la solar con 4.200 millones. Inversiones mucho menores para baterías de iones de litio (840 mil millones).
CAMBIO CLIMÁTICO: EL RETO SERÁ DESPUÉS DE 2030
Gracias a esta evolución, hasta 2030 el sector energético ayudará a mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados centígrados. Pero a partir de entonces, el previsible desarrollo de las energías limpias hoy no será suficiente para evitar una peligrosa alteración del clima: será necesario invertir en nuevas tecnologías para aplicarlas a las renovables y serán necesarios importantes avances en la descarbonización también en otras segmentos de la economía mundial.
“Nuestro análisis sugiere que los gobiernos deben hacer dos cosas separadas, explica Seb Henbest, director de NEO, una es asegurarse de que sus mercados sean favorables a la expansión de la energía eólica, solar y de baterías de bajo costo; y el otro es apoyar la investigación y el despliegue temprano de estas otras tecnologías para que puedan explotarse a escala a partir de la década de 2030 en adelante”.