Ya sea gracias al e-commerce, o gracias al éxito de la docu-serie "The last dance", producida en Netflix por Michael Jordan y que revivió el mito de la marca de la coma invertida ("smoosh"), o gracias a la performance en China, donde las tiendas han estado reabriendo durante meses, el resultado es que Nike en el trimestre finalizado el 31 de agosto no se vio afectado por la crisis del Covid. Los ingresos del gigante estadounidense de la ropa deportiva cayeron imperceptiblemente un 0,62% respecto a un año antes, pero manteniéndose firmemente por encima del umbral de los 10 millones de dólares (10,6) y superando las expectativas de los análisis, que le acreditaban “solo” 9,1 millones. La reacción no se hizo esperar en Wall Street, donde las acciones de Nike cerraron el martes ganando un 12%, gracias también al beneficio neto que subió un 11% hasta los 1,52 millones en el trimestre de verano.
Los resultados positivos han llegado a pesar de que Estados Unidos sigue en medio de la emergencia, pero otros factores han compensado. Mientras tanto, en los últimos tres meses, las ventas online casi se han duplicado (+82 %), y luego uno de los principales mercados, el chino, hace tiempo que ha vuelto a ponerse en marcha: en Pekín y sus alrededores, el 90 % de las tiendas físicas ahora han reabierto y en el trimestre en cuestión las ventas aumentaron un 6%. Finalmente, una serie de felices operaciones (o circunstancias) de marketing no dejaron de apoyar a Nike. En primer lugar el de la serie producida por el deportista que se ha convertido en un símbolo de la marca a nivel mundial, Michael Jordan, cuyas zapatillas de baloncesto de la colección “Air Jordan” han vuelto a venderse mucho tras el éxito televisivo de la pasada primavera. Luego estuvo la exposición mediática de algunos testimonios como LeBron James y la tenista Naomi Osaka, enfrascados en la batalla de Black Lives Matter.