En torno a esta nueva forma de arte contemporáneo John Orion Young creó un mundo muy especial: “Joy World”, que, como él mismo explica: es un espacio creativo y mágico de otras realidades, un lugar para experimentar las obras de arte que posees. tuyo será una obra de arte, respirando, descentralizada, autónoma, virtual, viviendo en la cadena de bloques”.
El experimento Scarab es un proyecto aún más revolucionario. Aquí es la propia tecnología la que se convierte, según las intenciones del proyecto, en el propio arte: arte blockchain. El objetivo es crear una entidad artística llamada "Scarab" a través del trabajo colectivo de varios artistas "descentralizados". En la práctica, un algoritmo procesa mil contribuciones artísticas enviadas a la plataforma, combinándolas para obtener una sola obra.
Es un proceso digital "en cadena" basado en la tecnología blockchain a través del cual cada obra de arte enviada se integra con la obra que la precede: en el envío milésima finaliza el ciclo y se obtiene el resultado, es decir, la obra de arte Scarab entidad arte y listo para la producción. Cadena que según el proyecto se repetirá solo 50 veces, limitando así la producción de la entidad Scarab a solo 50 obras.
En resumen, en el centro de las actuaciones que acabamos de describir se encuentra una nueva tecnología, la cadena de bloques, que algunos describen como la "nueva Internet". En la práctica, un sistema de red peer-to-peer encriptado ultraseguro y sobre todo "descentralizado" y por ello destinado a revolucionar no sólo las finanzas, la economía y las administraciones, sino poco a poco todos los sectores empezando por el cultural, como demuestra no solo por la atracción de los artistas digitales por su fuerza innovadora y destructiva sino también por el gran interés que el mercado del arte mostró inmediatamente por tres puntos fuertes de los sistemas blockchain: la seguridad criptográfica - para evitar fraudes y falsificaciones - el uso de criptomonedas y la posibilidad de implementar nuevos modelos de negocio.
Según diversas estimaciones, los coleccionistas de arte son más escépticos y reacios al riesgo hoy que en el pasado. Más del 60% dice tener miedo de comprar falsificaciones y quiere información cada vez más precisa y detallada sobre el origen de las obras. Para dar a los comerciantes, casas de subastas y coleccionistas todas las garantías de máxima seguridad, The Artory Registry ha creado una plataforma basada en la tecnología blockchain capaz de registrar de forma única y luego rastrear los orígenes y varios pasajes de las obras de arte, eliminando cualquier opacidad y toda duda. .
En junio de 2018, se lanzó la primera venta de arte blockchain en el mundo en la plataforma Maecenas, una empresa emergente con sede en Singapur. La obra a subasta: 14 pequeñas sillas eléctricas de Andy Warhol de 1980 en tinta serigráfica y pintura polimérica sobre lienzo. Así comenzó la revolución de la venta fraccionada de obras de arte a través de la compra de piezas de la obra representada por “token art”, es decir, certificados digitales. De esta forma, el 31,5% de las 14 sillas eléctricas pequeñas se vendieron por un valor en criptomoneda de aproximadamente $5,6 millones.
El CEO de Mecenas, Marcelo García Casil, dijo: “Estamos haciendo historia. Este evento marca la primera obra de arte que se tokeniza y vende utilizando la tecnología blockchain. Estamos orgullosos de ser pioneros en este espacio. Nos embarcamos en este emocionante viaje junto con nuestro socio estratégico Dadiani, quien no solo apoya plenamente nuestra visión, sino que también desempeñará un papel clave a largo plazo para ayudarnos a transformar el mercado del arte”. De hecho, el uso de la cadena de bloques y la tokenización (fraccionamiento y venta de obras de arte utilizando criptomonedas) indican el surgimiento de un nuevo modelo de negocio basado en un acceso más fácil al mercado del arte, en la diversificación de las inversiones y en la reducción de los costos de transacción que podrían, efectivamente, – iniciar una revolución en el mercado del arte.
Hacia una potencial ampliación del número de inversores en obras de arte, empuja también otra plataforma basada en blockchain: Portion. En su web hay una invitación a todos a convertirse en coleccionistas de arte: “Portion conecta arte, lujo y criptomonedas. A través de los contratos inteligentes y la tecnología distribuida de Portion, el arte y los coleccionables entran en un mercado libre”. La idea fuerte de la plataforma es presentarse como una especie de eBay para el mercado del arte. permitiendo que cualquiera pueda montar su propia subasta, con el objetivo de hacer cada vez más accesible la inversión artística.
El efecto Blockchain en el mundo del arte es evidente. Los proyectos de arte creativo descentralizados y las subastas fraccionarias de obras de arte que utilizan criptomonedas tienen una demanda cada vez mayor. Sin embargo, también hay quienes expresan cierto escepticismo sobre las ambiciones de las plataformas blockchain para transformar el mercado del arte. Por ejemplo, en el Art Finance de Deloitte sobre el mercado de arte y coleccionables en octubre de 2018, se planteó más de una crítica con respecto a la transición a la gestión Blockchain del mercado. En particular, las perplejidades se referían al carácter cerrado e inalterable de las huellas registradas con la nueva tecnología que podía hacer permanente -con evidente daño- toda una serie de inconsistencias e imprecisiones en los datos ingresados. Por ello, las partes interesadas subrayaron la necesidad de implementar regulaciones que garanticen la máxima confiabilidad y consistencia en el uso de la tecnología blockchain.