ESTRATÉGICA por Emanuele Priest
Sabiduría en filosofía significa llegar a la verdad. Me gusta pensar que, para las organizaciones, sabiduría significa alcanzar la realidad y la conciencia. Este nivel de conciencia solo se puede lograr si uno asume la responsabilidad del peso de sus acciones y comportamiento.
Hablé sobre estos temas durante un podcast https://www.paroledimanagement.it/il-domatore-di-aquiloni-la-saggezza-dellimpresa/ y quería retomar el tema ya que hay un par de aclaraciones que me gustaría profundizar. La sabiduría de una organización sólo puede materializarse a través de una serie relevante de conductas ejemplares, virtuosas y respetuosas.
Mi propuesta para ir en esa dirección consiste en que, para ser muy concretos, la empresa debe inspirarse en las empresas cotizadas y beneficiar a las empresas para lograr sus objetivos y poner en marcha su estrategia. La sociedad cotizada debe aceptar procedimientos y metodologías que la hagan legible y transparente. La bolsa de valores, al ser un mercado organizado para la negociación de acciones de capital, exige a las empresas que quieren cotizar, transparencia, rigor y visibilidad en cuanto a los resultados obtenidos y las previsiones de futuro.
La empresa de beneficio representa la evolución del propio concepto de empresa, pues contempla en su objeto social, además de los objetivos de lucro, el propósito de impacto positivo y beneficio común en la sociedad y el medio ambiente. Para demostrar este resultado en la empresa, se requiere reportar los métodos operativos y la medición de impactos. En la base de este razonamiento están los supervalores (ética, transparencia, respeto, meritocracia, gratitud, lealtad), pero la realidad, la realización efectiva, se basa en comportamientos, acciones y aplicaciones. Esta es la diferencia que marca la diferencia y hace que esa empresa sea potencialmente más sabia que otra, ya que es más sostenible y más transparente.
La sabiduría requiere inversiones adicionales, pero los beneficios a largo plazo probablemente serán mayores, ya que tanto las partes interesadas como los clientes finales estarán potencialmente más satisfechos e inspirados por estos comportamientos más virtuosos y respetuosos.
“Tienes que cambiar, tienes que darle importancia a las consecuencias de tus actos más que a la cantidad de dinero que gastas”. andrea segre
¡Mis mejores deseos!
