La Roma se acerca a Europa, hoy Lazio y Milán intentarán hacer lo mismo. El éxito de los giallorossi contra el Chievo, combinado con la derrota del Inter, da a los giallorossi un gran impulso hacia su objetivo final, que es la conquista de la zona de la Liga de Campeones. El concepto también se aplica a los biancocelesti de la misma manera, siempre que conquisten Turín (20.45) y envíen el quinto en la clasificación a menos 4. La situación con respecto a Milán es diferente: de hecho, los Rossoneri no corren desde hace algún tiempo. por los primeros puestos pero aún tiene la obligación de acertar en la Europa League, misión que pasa necesariamente por una victoria hoy en Bolonia (15 horas). Así que para Di Francesco será un domingo de relativa relajación: el Liverpool está encima, está bien, pero la carrera por la próxima Champions va muy bien. El técnico quería ganarle al Chievo y luego esperar que la Juve le diera un regalo, un programita perfectamente respetable.
La derrota por 4-1 del Verona, unida al gol de Higuaín en la loca final de San Siro, vale un +4 en la clasificación sobre el Inter, una bonita ventaja a tres jornadas del final que autoriza un gran optimismo. Y entonces el marcador visto ayer en el Olímpico podría ser un buen augurio: de hecho, si el miércoles termina de la misma manera, la Roma llegaría incluso a la final de la Champions. Es obvio que los dos partidos no son comparables, también porque este tuvo un buen comienzo cuando Schick rompió el equilibrio inmediatamente y encontró el 1-0 (9'). Ventaja doblada por Dzeko al final de la mitad (40'), salvada por un gran Alisson (penalti salvado por los ingleses con los giallorossi en el 10 por la expulsión de Juan Jesús), rematado por un costalero de El Shaarawy (65' '), blindado por el doblete del habitual Edin (67'), arreglado, para puntajes y estadísticas, por el inútil gol de la bandera inglesa (88'). “El partido estuvo complicado, estoy feliz de que el equipo lo haya enfrentado de una manera excelente – análisis de Di Francesco. - Ahora hay que recuperar energía física y mental para el Liverpool, lo intentaremos y estoy convencido de que es una posible remontada”. La Lazio también quisiera vivir esas noches pronto, pero por el momento, sin embargo, la Liga de Campeones es un sueño, incluso si, en caso de ganar en Turín, estaría muy cerca. Agarrar a la Roma, pero sobre todo alejar 4 puntos al Inter, sería una señal muy fuerte, por eso el partido de hoy es realmente fundamental.
“Nuestro calendario es complicado pero el destino está en nuestras manos – comentó Inzaghi. – Olvidémonos de los resultados de los demás y mirémonos solo a nosotros mismos, después de todo serán solo las motivaciones las que marcarán la diferencia final”. El técnico, sin el lesionado Parolo, intentará batir a Toro con el habitual 3-5-1-1 con Strakosha en la portería, Cáceres, De Vrij y Radu en defensa, Marusic, Milinkovic-Savic, Lucas Leiva, Lulic y Lukaku en centro del campo, Luis Alberto para apoyar al solitario delantero Immobile. Mazzarri responderá con su 3-4-1-2 con Sirigu entre los palos, N'Kolou, Burdisso y Moretti atrás, De Silvestri, Rincon, Baselli y Molinaro en el centro del campo, Ljajic detrás de la pareja atacante Edera-Belotti. Los granados sueñan con volver a la carrera por la Europa League, esa misma copa que también persigue el AC Milan y que precisamente debe acertar a toda costa. Mucho, si no todo, pasa por Bolonia (15 horas), donde el equipo de Gattuso está llamado a ganar tanto para la clasificación como para anular el tonto de la semana pasada con el Benevento. “Hemos tocado fondo – explicó el técnico rossoneri sin rodeos. – Por eso decidí cancelar los días libres, y si a alguien no le gusta, me importa un carajo. Yo también había planeado unas vacaciones en España con mi esposa, pero rompí los boletos y me quedé aquí para trabajar. Hace 40 días que no ganamos, la charla es cero”. El río de siempre lleno de garra y seriedad y quién sabe si el equipo no podría ser arrastrado. En Dall'Ara se está jugando una buena tajada de Europa, por eso Gattuso, tras el fallido experimento del 4-4-2 de la semana pasada, volverá al clásico 4-3-3 con Donnarumma en la portería, Calabria, Bonucci, Zapata y Rodríguez en defensa, Kessié, Locatelli y Bonaventura en el centro del campo, Suso, Cutrone y Calhanoglu en ataque. 3-5-2 para Donadoni, que intentará hacer tropezar a su ex equipo con Mirante entre los palos, Romagnoli, González y De Maio atrás, Di Francesco, Poli, Pulgar, Dzemaili y Masina en el centro del campo, Verdi y Palacio ofensivos dúo.