Las estimaciones publicadas por atradius hablan de uno Contracción del PIB griego en un 6% durante 2012, lo que lleva a una contracción general de –19% desde 2008. La demanda interna fue extremadamente débil el año pasado (-8%), así como las inversiones (-18,6%) y el gasto público (-5,4%); esto condujo a la colapso del nivel general de precios, con una inflación prevista de -0,3% este año. La única contribución positiva al PIB proviene de las exportaciones netas, principalmente gracias a la caída masiva de las importaciones (-18,7%). Los datos actualizados en diciembre hablan de que el paro asciende a casi el 27% de la población en edad de trabajar, mientras que para los jóvenes de entre 15 y 24 años la situación se ha vuelto extremadamente crítica (61,7%). En este escenario, las previsiones hablan de dos años más de recesión para 2013 y 2014 (respectivamente, -5% y -1,5%), con una recuperación que sólo podría comenzar a partir de 2015.
Los esfuerzos para consolidar el déficit presupuestario griego han producido los resultados deseados: del –15,6% del PIB en 2009 al –6,8% en 2012, mientras que el plan de ayudas y reformas firmado con la Troika (UE, BCE, FMI) reducirá la deuda pública hasta el umbral del 124% del PIB en 2020. Sin embargo , el camino hacia la búsqueda de este resultado está expuesto a varios riesgos, en primer lugar el incumplimiento de expectativas que hablan de un crecimiento promedio del PIB del 3% a partir de 2015.
Si echa un vistazo al progreso de las reformas estructurales necesarias, se puede ver cómo Grecia está lejos de la media de la UE en cuanto a la liberalización de productos, servicios y profesiones, mientras que el programa de privatizaciones, que se ha estancado, solo recientemente ha comenzado a mostrar las primeras propuestas de venta de activos, lo que agrava aún más la necesidad de atraer inversiones productivas del exterior. La misma reforma tributaria y la lucha contra la evasión fiscal muestran resultados aún ineficientes, mientras que la resistencia política y popular a las reformas estructurales crece con el tiempo, limitando cada vez más el margen de maniobra. Haciendo hincapié una vez más como es esencial el factor de oportunidad en la implementación de las reformas estructurales necesarias capaces de desencadenar mecanismos virtuosos en el entorno económico y social. Por tanto, Grecia tendrá que trabajar aún más para respetar los límites impuestos por la Troika, elemento fundamental para conseguir la liberación de nuevos tramos de ayuda que darían un respiro a la economía y esperanzas de recuperación en el país.