Apple, Alfabeto, Microsoft. Tres estrellas de alta tecnología que juntas valen 6 billones de dólares, más de tres veces el producto interno bruto italiano. Una valoración bien merecida, dados los beneficios trimestrales mostrados tras el cierre de los mercados el martes por la noche. En los últimos tres meses las tres estrellas ganaron 56,8 millones de dólares, o más de 5 mil millones a la semana. O, si lo prefieres, 620 millones al día, incluidos los fines de semana. Más o menos el doble de lo registrado hace un año, en plena pandemia, la emergencia que favoreció el despegue de la economía digital. Pero, contrariamente a las expectativas de los analistas, la recuperación de la economía "física" no coincidió con la caída de las ganancias de los campeones del "quedarse en casa": en el mundo se siguen vendiendo más PC, tabletas y teléfonos inteligentes que automóviles. Incluso porque fabricantes de chips, en un momento de crisis de suministro, prefieren satisfacer las demandas de las grandes empresas informáticas antes que las del mundo de las cuatro ruedas, todo ello menos potente que los maestros digitales.
El resultado es que ventas de manzana crecieron un 36% respecto a hace un año impulsados por los éxitos del iPhone 12 que sigue cosechando récords pese al anuncio de la llegada del nuevo objeto de culto para los fieles de Apple para septiembre. Apple, para no verse desplazada, ya ordenó a los proveedores que multipliquen sus esfuerzos para garantizar más de 90 millones de piezas para el debut.
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Un guión similar se aplica a Google, la punta de lanza del grupo encabezado por Alphabet. Los ingresos y las ganancias por acción superaron las expectativas: 61,9 millones de dólares para los primeros y 27,3 millones de dólares para los segundos. la mayor sorpresa vino de YouTube: los ingresos aumentaron un 83% a 7 mil millones de dólares, ligeramente por debajo del resultado del competidor directo Netflix.
Y que hay de Microsoft? El director ejecutivo indio, Satya Nadella, aprovechó la oportunidad de las superganancias (13,9 millones en tres meses sobre una facturación que subió de 43,1 a 36,3 millones de dólares) para celebrar la llegada "del amanecer de una segunda ola de transformación digital que está invirtiendo a todas las empresas y todos los sectores”. el mensaje es claro: la pandemia ha cambiado las reglas del juego. Nadie, ya sea un gobierno, una empresa o los particulares que se preparan para la nueva economía, puede permitirse el lujo de desatender el horizonte que se abre con la nube y el mundo digital. “Hoy, dice el CEO, el 5 por ciento del producto bruto mundial está representado por el gasto en tecnología. Pero el porcentaje de inversiones está destinado a duplicarse en poco tiempo al 10 por ciento”.
En pocas palabras, 10 por ciento del ingreso mundial está destinado a tomar el camino que conduce a nuevos avances en tecnología, desde 5G y más allá hasta la nube, que pronto nos parecerá indispensable, ya sea para el trabajo o para el ocio. Y esto, entre otras cosas, tiene unas consecuencias inquietantes: las llaves de acceso a los desarrollos de este mundo están en manos de unos gigantes destinados a hacer ganancias doradas y, más aún, a acumular un poder inconmensurable, superior al que está en las manos. de los barones del primitivo capitalismo estadounidense. Básicamente los tres grandes en la pasarela de ayer, martes, más Facebook que dará los números en la tarde ed Amazon, quizás el más potente de todos, que cerrará la función mañana jueves.
Tanto poder, probablemente demasiado. Y esto ayuda a explicar la frialdad con la que los mercados estadounidenses han acogido los sensacionales beneficios, con descensos en torno al punto y medio. La sensación es que pronto políticos y reguladores van a poner un alto a la carrera de las grandes tecnológicas. No es solo una cuestión de impuestos, sino también de tarifas de información (actualmente en discusión en Francia) o control exclusivo sobre aplicaciones, en el centro de una demanda en California. Etcétera. Lo mismo Tim Cook, El número uno de Apple predica precaución. “En los últimos 18 meses –dice– el mundo ha cambiado varias veces de manera profunda. No tengo ganas de hacer predicciones trascendentales".
Sin embargo, los grandes de la web parecen estar de acuerdo en un punto: es hora de arreglar una "regulación" para la tecnología. El mismo Cook lo pregunta junto con su enemigo Marc Zuckerberg, Sundai Pichai de Alphabet y todos los demás. ¿Serán sinceros? Tal vez. Mientras tanto, en los días del monopolio, Barry Lynn de Open Markets escribe: “Solo una cosa es segura: cuando las cosas van mal, tú ganas. Cuando están bien, bien. El que tiene el mercado en la mano siempre gana.