La locomotora alemana también frena. Después los datos positivos de pedidos publicados ayer, hoy llegan malas noticias desde Berlín en el frente de la producción industrial: en junio, el Ministerio de Economía registró una caída del 1,1%. Una verdadera ducha fría, teniendo en cuenta que la mayoría de los analistas esperaban una cifra sustancialmente sin cambios en comparación con mayo. Por el contrario, en el mismo período, los pedidos aumentaron un 1,8%, aunque varios maxi pedidos contribuyeron a este resultado.
Las inesperadas cifras publicadas hoy por la primera potencia económica continental confirman los temores de desaceleración global en toda la eurozona. El riesgo es que estos datos den el golpe de gracia a las Bolsas europeas, que llevan días en serios apuros bajo el peso de los ataques especulativos y aún hoy casi todas en números rojos. Por ello, el Tesoro alemán trata de enviar mensajes tranquilizadores, destacando que, a pesar del desempeño de junio, el segundo trimestre cerró con un aumento del 2% en la producción. Un intento que hasta ahora no ha dado resultados: pasadas las 12 horas el índice Dax 30 de la Bolsa de Frankfurt bajaba un 30%.
