Francia entra en recesión. Ahora también lo certifica Insee, el instituto nacional transalpino de estadística (el equivalente a nuestro Istat): en toda la eurozona la crisis empieza a recrudecerse, contaminando cada vez más la economía real. España e Italia son los más afectados, pero la tendencia no perdona a Francia o incluso a Alemania.
Se espera que el PIB transalpino caiga en el último trimestre de 2011, -0,2%, y según las estimaciones será la misma en el primer trimestre del nuevo año (-0,1%). En particular, la demanda empresarial y la inversión privada están en crisis. El desempleo está aumentando, tanto que se espera que se acerque al 10% a mediados de 2012 (9,6%), debido principalmente a la pérdida de 80 puestos de trabajo en el sector privado desde principios de este año.
El consumo, en consecuencia, también se mantendrá sin cambios en las proyecciones para el nuevo año. Sólo se salvaría el comercio exterior, manteniéndose a flote pero sin avanzar. Insee espera una recuperación del crecimiento solo en el segundo trimestre, es decir, a partir de abril, pero solo un 0,1%. Lo que lleva a pensar que las previsiones del gobierno, de llegar al +1% a finales de 2012, son un tanto utópicas.
