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Formación e innovación tecnológica: dos prioridades para Italia

En el nuevo libro de Alberto Orioli, subdirector de Il Sole 24 Ore, "Propuesta para Italia", publicado por Einaudi, siete empresarios exitosos y altos directivos indican claramente el camino para finalmente relanzar nuestro país: así es como

Formación e innovación tecnológica: dos prioridades para Italia

Queriendo indicar en pocas palabras los pilares sobre los que debe descansar una política de relanzamiento de la economía y la sociedad italianas tras la crisis de la última década y el golpe del Covid, bastaría decir: educación e innovación tecnológica. Este es el indicio que se desprende claramente de las entrevistas realizadas por el subdirector El Sole24Ore, alberto orioli, a siete importantes empresarios campeones del Made in Italy en su sector. “Propuesta para Italia” es el libro editado por Einaudi que Orioli ha extraído de él y que ofrece una imagen razonada de los temas críticos pero también de las potencialidades de nuestro país. No un optimismo amanerado, sino un rayo de luz que atraviesa el alboroto de declaraciones políticas demasiado optimistas o demasiado controvertidas, y que logra hacer comprender al lector la verdadera situación del país, dando indicaciones sobre lo que se debe hacer para para salir de esta crisis, renovados y más fuertes.  

La formación, la valorización del capital humano, es considerada por todos los entrevistados como la prioridad de las prioridades. No es suficiente reabrir las escuelas, necesitamos reformar a fondo todo el mundo de la educación hasta la Universidad, potenciando, por ejemplo, los institutos técnicos superiores, a los que nos oponemos por razones ideológicas, y que en cambio en Alemania tienen 800 estudiantes.

Al fin y al cabo, como señala en su entrevista silvia candiani, CEO de Microsoft Italia en nuestro país hay al menos 150 puestos de trabajo en las TIC que no están cubiertos por falta de jóvenes con la formación adecuada. Y muchas empresas retrasan sus inversiones en nuevas tecnologías gracias a las cuales ganar competitividad, porque temen -observa Andrea Illy- no encontrar en el mercado los profesionales idóneos para aprovecharlas al máximo. 

Carlos Mesina, director general de Intesa Sanpaolo, tras explicar que esta vez los bancos no están en el origen de la crisis, sino que son parte de la solución porque tienen la posibilidad de aprovechar al máximo la riqueza de los italianos, concluye afirmando que sin embargo le toca a la política dar pautas claras, hacer explícita la estrategia capaz de orientar a ciudadanos y empresas hacia aquellas acciones colectivas que, moviéndose en la misma dirección, pueden realmente cambiar el rostro de Italia. Y Marco Tronchetti Provera, CEO de Pirelli, subraya que para superar la incertidumbre es necesario construir un horizonte de esperanza, dar al país un objetivo de recuperación creíble, dejar claro que no podemos resignarnos al estancamiento y la degradación. Necesitamos cambiar la psicología de muchos conciudadanos que, desanimados, se refugian en solicitar subsidios, mientras que debemos ser capaces de ofrecer herramientas, incentivos, ayudas, para atraer a la gente a trabajar o estudiar ya los emprendedores a invertir. Sin este cambio de ritmo difícilmente podremos afrontar aquellas reformas que son imprescindibles para cambiar el país. Necesitamos recuperar una cultura del deber y del compromiso que las dificultades de los últimos años parecen haber perdido.  

Se mueve en la misma longitud de onda. Renzo Rosso mecenas de Diésel. En su opinión, se necesita claridad al indicar una dirección de viaje, un objetivo a medio plazo que, en cambio, esta política enteramente orientada a la búsqueda de consensos a corto plazo, no consigue dar. Pero aquellos que tienen que hacer inversiones deben mirar un poco más allá de sus narices. Quiere entender mejor lo que se está haciendo para apoyar la revolución verde que muchas empresas ya están haciendo, qué impuestos tendrán que pagar, cómo intentarán movilizar las energías de los italianos, reduciendo los impuestos sobre quienes lo hacen, sobre los muchos artesanos que son la verdadera fuerza del lujo italiano, y conseguirlos el crédito necesario. Hay quienes permanecen tenazmente anclados a los modelos del pasado y Rosso, no en vano, cita al jefe de la CGIL Landini, creyendo que en este momento la CGIL no entiende las necesidades de los cambios de época que tenemos que afrontar.    

Federico Marchetti, el creador de Yoox Net a Porter, trabaja en la frontera más avanzada de la tecnología. Hay que entender, dice, que la tecnología es difícil. Que procedamos por ensayo y error y que en todo caso los efectos de la innovación tecnológica no se vean inmediatamente sino que traigan resultados a medio plazo. El mundo de la moda estaba, en su opinión, sufriendo un sobrecalentamiento, por lo que un parón no está de más si se aprovecha para dar más pasos hacia una mayor sostenibilidad y sobriedad.    

E insiste precisamente en la revolución verde emma marcegaglia, presidente de la siderúrgica familiar y expresidente de ENI, es decir, de dos empresas que están en el punto de mira de los cambios ecológicos. El dinero que la UE ha destinado para el acuerdo verde debe usarse bien y esto se puede hacer entendiendo un concepto fundamental: es la innovación tecnológica la que puede salvar el medio ambiente, no los obstáculos y prohibiciones que impiden su difusión.   

El libro de Orioli es una inmersión en el realismo. Una invitación a mirar detenidamente, a salir de la estacada hacia los populismos y la soberanía que son incapaces de gobernar la complejidad del momento y sólo corren el riesgo de encerrarnos en nuestra pequeña fortaleza, que no aguantará si perdemos esta oportunidad de renovación Si no volvemos a crecer no podremos pagar la deuda y su peso nos aplastará cada vez más. Más allá de los líderes políticos improvisados: necesitamos volver a valorar la competencia, y tal vez incluso pagarla bien. Hay que animar a la gente a dar lo mejor de sí, a no soñar con poder vivir feliz sin volver a meterse en el juego. No se trata de implementar nuevas medidas de austeridad, sino de establecer una red de seguridad para facilitar la transición de los viejos a los nuevos trabajos. Italia tiene tanto potencial que podría convertirse, como dice Renzo Rosso, en el "país más genial del mundo". Pero tenemos que quererlo. Todos juntos.

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