"Me estoy rompiendo pero no me explico" este viejo adagio popular, reelaborado para la ocasión, explica bien la situación actual del debate político sobre el MEDE. Un debate totalmente político donde se ocultan los méritos de la pregunta, no queda claro si por desconocimiento o para eludir astutamente abordar los problemas reales de las difíciles elecciones que hay que hacer para lograr la seguridad sanitaria y devolverle el ímpetu a la economía del país.
El mérito es evidente: desde un punto de vista financiero es completamente evidente que el MEDE permitiría al Estado ahorrar unos 300 millones al año en intereses y por tanto lo lógico hubiera sido activarlo de forma inmediata, desde la primavera pasada. Además, habría permitido aliviar la presión de las emisiones de bonos italianos en el mercado, empujando a la baja los tipos de interés más rápidamente de lo que está ocurriendo principalmente gracias al BCE. El “estigma” por tanto, como ha subrayado el Gobernador del Banco de Italia Visco, no existiría, sino que es el no haberlo tomado lo que sigue alimentando la incertidumbre de los mercados.
Pero el verdadero quid de la cuestión es otro: el préstamo del MEDE de unos 37 millones ¿Debería servir para financiar gastos adicionales en el sector salud o reemplazar las emisiones del gobierno por gastos ya previstos? En el primer caso, se produciría un aumento del déficit y por tanto de la deuda pública, mientras que en el segundo nos mantendríamos en línea con las previsiones realizadas por el Gobierno que apuntan a una reducción progresiva de la ratio deuda/PIB desde alrededor de 160% este año a 152%.
Dado que los fondos del MES deben ser utilizados para gastos de salud según proyectos además de los gastos ordinarios normales, se deduce que es la política de salud del gobierno la que está siendo cuestionada. ¿Realmente desea reformar y mejorar nuestro sistema de salud o prefiere arreglárselas con algunas adiciones financieras modestas? En las directrices del presupuesto parece que se ha optado por esta segunda solución, tanto que sólo se han destinado 4 millones más a la sanidad. Pero La epidemia de Covid ha expuesto las graves deficiencias de nuestro sistema de salud. que es nacional sólo de nombre, ya que de hecho está repartido entre las regiones que lo gestionan de diferente forma, pero en casi todos los casos, deficitario.
No solo eso, sino que en los últimos meses también han salido a la luz muchas otras carencias del sistema italiano, desde la Administración Pública, pasando por la Escuela y la Formación, hasta el mercado laboral, pasando por la Justicia. Está claro que para empezar de nuevo Serían necesarias reformas profundas encaminadas a hacer que la maquinaria pública funcione bien., e inversiones dirigidas a la innovación tecnológica en el sector manufacturero. En definitiva, los subsidios deben ser sustituidos de forma gradual pero contundente (empezando por los de bicicletas y patinetes y las pensiones) para orientar los recursos hacia aquellas prioridades que mejor permitan aumentar la seguridad ciudadana y la eficiencia productiva.
Hacer esto requeriría elecciones políticamente exigentes que este gobierno y esta mayoría parecen incapaces de tomar. Se prefiere la polémica en dialecto político "MES sí, MES no", disfrazándola de ideología o retórica nacionalista sobre la libertad del pueblo soberano que no puede tener su agenda dictada por otros países o por Bruselas. Todas las tonterías. La ideología puede ser correcta o incorrecta, pero es grave., y nada tiene que ver con posiciones de personas sin pensamiento como las 5 Estrellas o con confusos impulsos autárquicos como en el caso de Salvini y Meloni.
Sin embargo, incluso aquellos a favor del ESM, que es ciertamente conveniente desde un punto de vista financiero, deberían aclarar qué tipo de inversiones en salud les gustaría hacer, quién debe gestionarlos, y sobre todo si, a su juicio, se trata de fondos adicionales, y por tanto de un mayor déficit, o de privilegiar la asistencia sanitaria sobre otros gastos que, en cambio, deberían recortarse para mantener la senda de devolución de la deuda actualmente prevista y necesaria. Estos son los verdaderos términos en los que las fuerzas políticas deben enfrentarse, permitiendo también a la opinión pública, que presencia entre estupor y aburrimiento a este insípido estratega golpeando y repitiendo, participar con pleno conocimiento de causa en las elecciones a realizar para una verdadera recuperación. y reactivación del país.
Todos invocan la cohesión nacional, la necesidad de que todos pongan de su parte para salir del agujero negro en el que hemos terminado. Bien. Pero para lograr que las personas se comporten de una manera que sea consistente con el objetivo de reiniciar, el Gobierno debe ser el primero en dar un buen ejemplo. Y por eso se necesita claridad, decisiones, quizás difíciles, pero bien explicadas, evitando dar la impresión de estar echando culpas y montando dramatismo para burlarse de los ciudadanos.