Ya no es Europa la que mira a China como un país rico en oportunidades a explotar a través de inversiones directas, sino que es China la que invierte en el viejo continente. La estrategia de penetración en Europa es diversificada: similar a la que ocurre en África para los países menos avanzados; orientado a realizar adquisiciones y joint ventures con el fin de obtener know-how, acceder a tecnologías, desarrollar habilidades gerenciales y adquirir marcas importantes en los países centrales.
Turquía, Polonia, Moldavia y casi todos los países de Europa Central y del Este son las principales cabezas de puente para el desarrollo chino en la nueva Europa, con el apoyo de las instituciones financieras públicas habituales y los bancos de la RPC. Se presta atención al desarrollo de las infraestructuras nacionales y sobre todo a los puertos, que permiten el acceso de China al Mediterráneo, imprescindible para el desarrollo de su comercio en el espacio europeo.
En el corazón de Europa, junto con un apoyo sustancial a los países en dificultades (especialmente Grecia y Portugal), las empresas e instituciones financieras chinas se están concentrando en adquirir empresas importantes y participar en el desarrollo de infraestructuras. Con la mirada puesta en el euro: "el euro y los mercados financieros europeos son y serán uno de los sectores de inversión más importantes para las reservas de divisas chinas" siguen repitiendo las autoridades del país. Con esto quieren reiterar, se entiende, que para ellos la futura moneda mundial tendrá tres puntos de referencia: dólar, euro y yuan.
El artículo adjunto, escrito en colaboración con Jasmine Zahalka, analiza los distintos aspectos de esta compleja estrategia china en el viejo continente.
Archivos adjuntos: China_in_Europe_-_reinventing_the_silk_road.pdf
