“La Europa que queremos es la que no tiene muros”. Así lo afirmó el presidente de la Comisión de la UE, Jean-Claude Juncker,, en una intervención publicada por “La Repubblica”.
El número uno del ejecutivo bruselense apunta con el dedo al "populismo que produce odio y no solución", alimentando la negativa a acoger a los extranjeros por parte de diferentes sectores de la población europea.
Los migrantes, prosigue Juncker, son "seres humanos como nosotros, solo que estas personas no pueden vivir como nosotros porque no tuvieron la suerte de nacer en una de las regiones más ricas del mundo", por lo que la solidaridad debería ser un hecho natural, incluso si se aleja cada vez más del sentimiento común.
“Europa –prosigue el presidente de la Comisión de la UE– fracasa cuando el egoísmo tiene más voz que la solidaridad presente en gran parte de nuestra sociedad”.
Para encontrar una solución eficaz al problema de los inmigrantes - concluye Juncker - se necesita una fuerte cohesión a nivel europeo, mediante la aplicación inmediata de las normas europeas necesarias para hacer frente a la situación.
