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Japón y la energía tras el desastre de Fukushima: de la energía nuclear a las renovables

Tras el desastre del terremoto, el gobierno japonés reduce drásticamente su presencia en la energía nuclear y se centra en duplicar las fuentes renovables, centrándose en la eólica, la solar y sobre todo la geotérmica. El papel de Toshiba, Mitsubishi y Hitachi

Japón y la energía tras el desastre de Fukushima: de la energía nuclear a las renovables

El próximo 5 de julio, el OIR -Observatorio Internacional de la Industria y Finanzas de las Renovables- presentará los resultados de la investigación en Roma en la ya clásica conferencia anual. En esta ocasión, se debatirán las prioridades en materia de política energética para la dinamización de las renovables y la eficiencia energética, a la luz de los nuevos retos globales; entre todos los disturbios en el norte de África y el incidente de Fukushima.

En este sentido, el caso de Japón es particularmente relevante.

El accidente nuclear de Fukushima obligó al gobierno japonés a reconsiderar su política energética centrada en la energía nuclear, lo que lo llevó a impulsar las inversiones en energías renovables y eficiencia energética. La energía nuclear por sí sola produce alrededor del 30% de la electricidad de Japón. Hay 50 reactores en operación y tienen una capacidad instalada total de alrededor de 47 GWe. La creciente demanda de energía, que comenzó en la década de 50 debido al desarrollo industrial y la falta de recursos, fueron las principales razones por las que se implementó la energía nuclear en Japón. También representa un gran negocio para las industrias japonesas, especialmente para los proveedores de balastos como Toshiba, Mitsubishi e Hitachi.

La energía nuclear de Japón, que antes del accidente de Fukushima se esperaba que generara el 50% de la electricidad para 2030, se ha detenido y las políticas de desarrollo a partir de ahora solo apuntarán a mejorar su seguridad. "Los planes a mediano y largo plazo deben reconsiderarse", dijo el primer ministro japonés, Naoto Kan, y agregó que "el objetivo de Japón es producir el 20% de su electricidad a partir de fuentes renovables", el doble de la cifra actual.

Para impulsar las renovables, el país tendrá que centrarse en la eólica, la solar y sobre todo la geotérmica donde el potencial es muy alto. Japón, de hecho, se encuentra a lo largo del Cinturón de Fuego del Pacífico: utilizando tecnologías convencionales, la energía de esta línea de falla sería teóricamente suficiente para alimentar plantas geotérmicas de 80.000 MW. La normativa existente, en particular la relativa al acceso a los parques naturales y al proceso de aprobación de proyectos, ha frenado durante mucho tiempo el desarrollo de esta tecnología: de hecho, 23,5 GW de energía geotérmica están presentes en los parques. Sin embargo, el Gobierno ha anunciado un cambio sustancial en esta normativa.

El sector eólico está poco desarrollado, pero su potencial es muy alto. Japón ha instalado aerogeneradores de apenas 2,3 GW. La inmensidad del territorio disponible, particularmente en las áreas offshore, garantizaría un potencial instalable de alrededor de 133 GW (Asociación Japonesa de Energía Eólica). A pesar de ello, el sector eólico recibe unos 10 millones de dólares al año del gobierno japonés, frente a los 2,3 millones de dólares de la nuclear. Esta disparidad, ciertamente excesiva, necesita un cuidadoso reequilibrio. En este sentido, una tarifa de incentivos eficiente para el sector eólico es fundamental para promover la inversión.

Tras el accidente, hubo un renovado interés en el país también por la energía fotovoltaica. El Gobierno ha puesto en marcha recientemente el proyecto llamado "Cinturón solar del este de Japón" que tiene como objetivo "solarizar" todos los edificios. El plan exige que todas las casas y/o edificios privados estén equipados con la última generación de paneles solares a más tardar en 2030.

El desastre de Fukushima representa, aunque en su dramatismo, una oportunidad para mirar el desarrollo de las energías renovables con más determinación, lanzando proyectos más incisivos. Al comprometerse a promover las fuentes de energía renovable, Japón podrá reducir drásticamente el uso de la energía nuclear, pero también el uso de centrales eléctricas alimentadas con combustibles fósiles. La falta de apoyo al sector se debe principalmente a la falta de una voluntad política precisa, que tras el accidente se ha convertido en una apuesta más concreta por el fomento de las energías renovables.

http://www.nukleer.web.tr/indexe.htm

http://www.earth-policy.org/plan_b_updates/2011/update94

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