El coloso de la consultora inmobiliaria Knight Frank ha elaborado, como no podía ser de otra forma, el ranking de compradores de viviendas de lujo en la zona alta de Londres. En el último año, los italianos han superado a los rusos, que ahora residían de forma permanente en el trono de los más ricos en suelo inglés. Los italianos gastan unos buenos 4,4 millones de libras -equivalentes a 5,5 millones de euros- para establecerse en suelo británico en uno de los barrios chic de Londres, entre South Kensington, Knightsbridge y Chelasea.
La cuota de compradores italianos de viviendas de lujo en la capital británica asciende al 6,7%, desbancando a los franceses que ocupan el segundo lugar con un 4,1%. Los rusos ascienden así al tercer puesto, mientras que los compradores europeos alcanzan el porcentaje del 14,5% de las compras de súper viviendas londinenses.
El Financial Times, comentando la noticia, no deja de subrayar cómo Italia está en recesión por tercera vez en diez años, tanto bajo tensión económica tras las reformas de Monti como ahora con las de Renzi. La duda que plantea el prestigioso diario inglés es evidente: ¿cómo un país en graves dificultades económicas puede ser el horno de los grandes propietarios de las casas más lujosas de Londres, la ciudad con las casas más caras del mundo?
El artículo financiero no proporciona una respuesta, pero la sugerencia se deja madurar para el lector. Hace casi ocho años que escuchamos que el lujo es uno de los pocos sectores, quizás el único, que no siente las repercusiones de las crisis económicas. Aquí, esta podría ser la respuesta a la primera pregunta. Ciertamente el fenómeno documentado por Knight Frank es una clara confirmación de esto.
