El Foro Económico Mundial organizado en Davos por Suiza ve a Italia atrapada en el puesto 49 en el ranking de competitividad de 2014, sin cambios desde la posición del ranking para el período 2012-2013. Todas las variables que dificultan la vida empresarial en el Bel Paese siguen contribuyendo al resultado. Por lo tanto, la lentitud de la burocracia y la justicia y la ineficiencia correlativa, un sistema impositivo y fiscal inadecuado, un mercado laboral todavía demasiado rígido y una deuda pública que lucha por reducirse.
Entre las decenas de índices examinados para elaborar el ranking general, Italia registra los peores resultados en las partidas de deuda pública, donde se mantiene en el puesto 127, en la "capacidad de retener los propios talentos" estamos por encima del 130, así como en la variable " transparencia en el proceso de formulación de políticas". Para empujar a Italia "arriba" a la posición 49, contribuyen las clasificaciones relacionadas con el cuidado de la salud de la población y, sobre todo, con la capacidad de resistir enfermedades infecciosas graves como la malaria.
El organismo organizador del foro mundial, a pesar de los datos que relegan a Italia a un segundo o tercer lugar, dice estar convencido de que el plan de reformas que está implementando con el gobierno de Renzi puede reactivar la capacidad competitiva de Italia. Esto, sin embargo, por ahora va a la zaga de economías como las de Barbados, Turquía y Mauricio. Kazajstán y Portugal lo están haciendo peor que nosotros, pero con resultados casi equivalentes, también estancados en las posiciones de los dos años anteriores.
"La lectura de los datos debe tener en cuenta el hecho de que se trata principalmente de datos de percepción", comentaron Paola Dubini y Francesco Saviozzi, coordinadores de la División de Investigación de SDA Bocconi, que fue responsable de realizar la investigación en nombre del Wef. “Pero los problemas críticos que han surgido son reales y están confirmados -continúan los investigadores- por otras investigaciones realizadas a nivel internacional y, por lo tanto, deben ser tomados en consideración. Por supuesto, el benchmark adoptado en la evaluación también pesa sobre los resultados: en el caso de Italia, la comparación con las economías más desarrolladas puede ser penalizadora y las expectativas de un rápido realineamiento con respecto a los benchmarks de referencia son evidentes. Por lo tanto, una lectura adecuada del índice es aquella que subraya las áreas de fortaleza y debilidad del sistema de un país y los cambios a lo largo del tiempo, en lugar de las posiciones absolutas”.
Entre los ganadores de este ranking, el organizador Suiza se confirma en el escalón más alto del podio, por sexto año consecutivo en lo más alto del ranking. Singapur se confirma en el segundo lugar, primero entre las potencias asiáticas que cuentan con tres economías en el Top 10 con Japón y Hong Kong en el sexto y séptimo lugar. Destaca Estados Unidos, que ocupa el tercer puesto al desbancar a Finlandia, que sube a la cuarta posición, en detrimento de Alemania, que finaliza quinta.
Archivos adjuntos: la clasificación completa