casi 10mila la gente han aplicado para trabajar en Esp, la nueva aerolínea que debería sustituir a Alitalia con el visto bueno de Bruselas y dinero del Estado italiano, pero ante una cura drástica para adelgazar. El número de solicitudes es paradójico, porque se acerca al de los empleados actuales de Alitalia -la mayoría de los cuales están destinados a ser despedidos- y casi cuadruplica los 2.800 puestos previstos para la pequeña (pero en teoría sostenible) Ita.
Además, los 10 candidatos han optado por presentarse sin saber todavía cuáles serán las condiciones laborales que se les ofrecen, dado que un contrato acordado entre la empresa y los sindicatos todavía no está allí. Ni para pilotos, ni para auxiliares de vuelo, ni para personal de tierra.
La semana pasada, los representantes de los trabajadores y la alta dirección de Ita iniciaron discusiones, pero el compromiso parece ir en aumento.
Según los interlocutores sociales, la empresa no está disponible para entablar negociaciones reales, empeñada en imponer una serie de normas sancionadoras al personal. De hecho - es la acusación - como si Ita fuera realmente una startup, y no una pequeña reseña de Alitalia.
Por otro lado, para autorizar la intervención pública y no iniciar el procedimiento de infracción por ayudas estatales ilegales, la Comisión Europea pide exactamente esto: una clara ruptura entre la antigua Alitalia y la nueva Ita, que estará operativa a partir del 15 de octubre.
Precisamente ante este plazo, los sindicatos piden al Gobierno una reunión urgente para hacer balance de la suerte del personal de Alitalia. En una carta dirigida a los ministros Giovannini (Infraestructura), Patuanelli (Desarrollo), Giorgetti (Trabajo) y Franco (Economía), los representantes de los trabajadores recuerdan que "desde mediados de julio de 2021, tras los acuerdos entre el Gobierno italiano y la Comisión Europea , se ha iniciado el proceso que conducirá, el octubre 15 2021, a las operaciones de Ita”, subrayando que “para los efectos que en consecuencia se producirán, en Alitalia en administración extraordinaria y en Cityliner en administración extraordinaria, la estabilidad laboral de aproximadamente 10.500 trabajadores directos de las dos empresas en cuestión y de igual número de los trabajadores indirectos, en ausencia de iniciativas y acciones apropiadas, se vuelve cada vez más en riesgo”.