Para Italia, “se avecina una ralentización de la actividad económica en los últimos meses del año”. Lo escribe Istat en la nota mensual sobre la economía italiana, cuya "evolución cíclica seguirá siendo débil". Según Istat, “la tendencia estancada de la actividad industrial se vio afectada por la debilidad de las condiciones internas de la demanda”, deprimida por la intensidad de la caída de la inversión fija bruta y por la ralentización de las exportaciones.
Aunque la confianza empresarial mostró una mejora en octubre, principalmente en los servicios de mercado y la construcción, las indicaciones del sector manufacturero y el indicador compuesto adelantado -continúa Istat- señalan una continuación de la fase débil de la economía. En presencia de una estabilización de las condiciones en el mercado laboral, el consumo privado seguirá mostrando una tendencia moderadamente positiva.
