Los italianos ya no creen en eso. Según los últimos datos de Istat, en enero el índice climático de confianza del consumidor descendió hasta los 84,6 puntos desde los 85,7 de diciembre. Este es el nivel más bajo jamás registrado (la serie temporal comenzó en 1996).
Desciende tanto el componente relativo al clima personal (de 90,7 a 89,3), como, en menor medida, el relativo al clima económico general (de 72,9 a 72,7). Disminuyó el indicador de clima actual (de 91,4 a 90,9) y el referente a la situación futura (de 78,0 a 77,1). Pero eso no es suficiente. Tanto las valoraciones como las expectativas sobre la situación económica en Italia empeoran ligeramente (de -133 a -135 y de -60 a -61 respectivamente), mientras que las expectativas sobre el desempleo aumentan (de 104 a 106).
También empeoran las opiniones y expectativas sobre la situación económica del hogar (de -74 a -79 y de -33 a -38). El saldo de cuotas sobre el presupuesto familiar disminuye de -29 a -33. Las opiniones sobre oportunidades de ahorro actuales han empeorado de 136 a 130, mientras que las de oportunidades futuras se mantienen estables (-92). Las opiniones sobre la oportunidad de adquirir bienes duraderos, por su parte, mejoran de -110 a -106.
Territorialmente, el clima de confianza aumenta ligeramente en el Noroeste, mientras que decrece en el Nordeste, en el Centro y en el Sur e Islas.
