El crecimiento de la economía italiana se ha detenido y la fase de debilidad continuará en los próximos meses. Así lo afirmó Istat en su último boletín mensual sobre las condiciones económicas de nuestro país, explicando que pesa en primer lugar la contribución negativa de la demanda interna y la caída de la producción en el sector industrial.
PIL
Luego del crecimiento registrado hasta marzo de este año, en el segundo trimestre de 2016 el producto interno bruto sufrió un retroceso, mostrando una variación trimestral nula. La variación respecto al segundo trimestre de 2015 fue del 0,8%, inferior al 1% registrado en el primer trimestre.
La demanda exterior neta (+0,2 puntos porcentuales) contribuyó positivamente a la variación cíclica del PIB: las importaciones aumentaron un 1,5% y las exportaciones un 1,9%. La contribución de las inversiones y el consumo final nacional, en cambio, fue nula.
La dinámica de la demanda interna se caracterizó por la sustancial estabilidad del consumo final nacional, síntesis de un crecimiento del 0,1% del consumo de los hogares y una caída del 0,3% del gasto de las administraciones públicas, y por la contracción cíclica de la inversión fija bruta (-0,3%) , determinado principalmente por la disminución de los gastos en maquinaria, equipos y otros productos (-0,8%). Las inversiones en construcción registraron variación cero mientras que el componente de medios de transporte marcó variación positiva (+1,4%).
DEFLACIÓN
Además, el escenario para los próximos meses “no permite hipotetizar recuperaciones significativas en la dinámica de precios”. La fase deflacionaria continuó también en agosto. La estimación preliminar del índice de precios al consumidor para toda la comunidad nacional confirmó una variación anual negativa por séptimo mes consecutivo, aunque cercana a cero (-0,1%, como en julio). La dinámica de la inflación general sigue estando fuertemente influenciada por la evolución de los precios de los productos energéticos, que siguen descendiendo de forma tendencial, aunque con una ligera atenuación (-6,5 %, desde el -7 % de julio).
CONFIANZA DEL CONSUMIDOR
En cuanto a la confianza del consumidor, en agosto mostró una nueva contracción tras la recuperación parcial de julio: desde enero el indicador ha perdido alrededor de 9 puntos. Las expectativas de los consumidores marcaron un "empeoramiento general como resultado de los juicios negativos sobre el clima económico y el desempleo".
INDUSTRIA
La industria en sentido estricto mostró signos de debilidad, registrando una importante reducción del valor añadido (-0,8% respecto al primer trimestre). Las expectativas para los próximos meses aún son débiles: el clima de confianza en las empresas manufactureras de hecho empeoró en agosto, sin mostrar signos de particular vivacidad entre los componentes, subraya nuevamente Istat.
El valor añadido de la construcción, por su parte, registra un ligero incremento cíclico (+0,1%), tras el fuerte descenso registrado en el trimestre anterior (-0,5% respecto al cuarto trimestre de 2015). En agosto, el clima de confianza empeoró, manteniéndose sin embargo en los niveles más altos de los últimos meses.
SERVICIOS
El sector servicios también registró una variación cíclica positiva (+0,2), confirmando una tendencia expansiva que se mantiene desde hace 5 trimestres, aunque con tendencias diferenciadas a nivel sectorial. Las actividades financieras y de seguros registran el descenso más acusado (-0,6%), aunque menos intenso que en trimestres anteriores.
Los servicios de información y comunicación y las Administraciones Públicas, defensa, educación y sanidad presentan descensos menores (-0,2% para ambos sectores). Aumentos significativos corresponden a actividades profesionales y de apoyo (+0,5%), comercio, transporte y alojamiento (+0,4%) y actividades inmobiliarias (+0,4%).
