El 9 de marzo, apenas 24 horas después del Día de la Mujer, mimosas y frases retóricas, elIslandia hizo algo concreto por la condición femenina. La isla de los géiseres –y en otro tiempo también de las finanzas imprudentes– se ha convertido en el primer país del mundo donde por ley las empresas tendrán que demostrar que pagan a sus empleados sin discriminación de sexo, etnia o nacionalidad. Por igual trabajo, hombres y mujeres, islandeses y no islandeses, deben recibir el mismo salario.
En detalle, el gobierno ha anunciado una nueva ley que impone una cada empresa con 25 o más empleados para exhibir un certificado que garantiza que se respete la igualdad de remuneración.
Suiza y Minnesota también tienen una legislación similar destinada a limitar las desigualdades sociales, pero hay una diferencia. Yace en que en Islandia será obligatorio que las empresas certifiquen que esto realmente sucede.
“Es el momento adecuado para hacer algo radical – dijo Thorsteinn Viglundsson, ministro de Igualdad y Asuntos Sociales – Debemos asegurarnos de que hombres y mujeres disfruten de las mismas oportunidades en el lugar de trabajo. Es nuestra responsabilidad tomar todas las medidas para lograr este objetivo".
El pasado mes de octubre, miles de empleadas habían renunciado a sus trabajos al mismo tiempo (2:38 am) para protestar contra la diferencia de salario con respecto a los hombres, que promedia entre 14 y 18 por ciento. A pesar de esto, incluso antes de la nueva ley, Islandia ya era en lo más alto del ranking mundial elaborado por el Foro Económico Mundial sobre el respeto a la igualdad de género.
“Probablemente alguien objetará hablando de burocracia inútil -añadió Viglundsson-. Entiendo que es una obligación onerosa para las empresas, pero nos hemos impuesto tales deberes porque debemos ser audaces en la lucha contra las injusticias”.