El Inter pierde la Copa y… Conte. La noche en Colonia se tiñe de rojiblanco-sevillana, mientras que los nerazzurri se quedan con nada más que uno amarga desilusión típica de alguien que estaba a un paso de la victoria, solo para tener que lidiar con una derrota. El 3-2 final deja muchos lamentos, porque si es cierto que los españoles, en su conjunto, supieron gestionar mejor el partido, también lo son las numerosas ocasiones desperdiciadas por los nerazzurri, sobre todo la de Lukaku. El belga, justamente elogiado en la víspera por su gran temporada, falló sin embargo en la noche más importante, entrando, contra su voluntad, en los episodios clave. Suyo fue el penalti del 1-0 inicial, así como el gol fallido de cara al portero en el 2-2, pero sobre todo el desvío a la espalda de Handanovic para el 3-2 del Sevilla.
Para completar la amarga velada, la entrevista posterior al partido de Conte, un verdadero epitafio sobre su experiencia nerazzurra. “Nos reuniremos con el club en dos o tres días y tomaremos la mejor decisión para el Inter, conmigo o sin mí –explicó sin rodeos el técnico-. Tenemos diferentes puntos de vista: No me gustaron algunas situaciones y hay un límite para todo.. En cualquier caso, me gustaría agradecer a quienes me dieron la oportunidad de entrenar al Inter, valió la pena. Saludos a todos…". Así cae el telón, salvo giros sensacionales, sobre una combinación que prometía mucho pero que luego, en balance, no trajo ningún título al tablón de anuncios, a pesar de una temporada en todo caso superior a las anteriores.
A Conte le hubiera gustado marcharse ganando, en cambio lo hará "como el primero de los perdedores" (sus palabras) tanto en Liga como en Europa. Es una pena, porque la anterior Copa de la UEFA estuvo muy reñida y quizás, con un poco más de suerte, realmente podría volver a Italia 21 años después de la última (el Parma de Malesani). Los episodios son decisivos, pero también algunos errores técnicos y de ambientación. Los 3 goles encajados fueron todos de balones altos, además, algunas opciones de entrenamiento no convencieron, en particular la entrada tardía de Eriksen (para él sólo 13 minutos más tiempo añadido), por la que el Inter, si quiere volver a la grandeza, tendrá que apostar mucho más. Y pensar que el partido empezó enseguida con Lukaku muy bueno primero en meterse un penalti (falta de Diego Carlos), luego en convertirlo con frialdad (5').
Pero el Sevilla, como el viejo lobo de la Europa League (con esto hace 6 en total, 4 en los últimos 7 años, récord absoluto), no se dejó impresionar, al contrario, encontró primero el empate (12'), luego adelantamiento (33'): decisivo, en ambos casos, de De Jong, autor de dos espléndidos "zuccate" sobre los que quedó pendiente la defensa nerazzurra. Sin embargo, Godín también es un marinero bastante acostumbrado a las tormentas europeas, por lo que en el 36' el cabezazo del empate cerró una primera parte pirotécnica. En la segunda mitad, los españoles bajaron un poco las revoluciones y fue el Inter quien dispuso de las mejores ocasiones: con Gagliardini (disparo desviado por Diego Carlos), pero sobre todo con Lukaku, detenido por el portero Bounou justo en el clímax.
Y en la final, tras el 3-2 de Diego Carlos (74', pero en otros tiempos se hubiera hablado del gol en propia de Lukaku), he aquí dos grandes ocasiones más con Sánchez y Candreva, el primero detenido sobre la línea por Koundé, el segundo por el habitual portero rojiblanco. “Un partido equilibrado decidido por un episodio en la segunda mitad, fallamos dos goles y marcaron – comentó Conte. – Teníamos más combustible en las piernas pero menos experiencia, eso fue decisivo”. Ahora tardará unas horas en superar la decepción, tras las cuales tocará planificar el futuro, casi seguro con otro entrenador a pesar de que el club, como reiteraron ayer tanto Zhang como Marotta, habría continuado encantado con el actual
Sin embargo, la sensación es que las partes, más que la campaña de adquisiciones, hablarán sobre todo de indemnizaciones por despido, un detalle no precisamente dado el riquísimo contrato vigente por 11 millones anuales hasta 2022. Se necesitará un acuerdo para separar, entonces lo más probable es que comience la era de Massimiliano Allegri, dispuesto a tomar el relevo de Conte como en 2014. Allí la elección de la Juve, aunque sufrida, resultó ser acertada: Marotta, un partido entonces como ahora, espera que la historia se repita.