Goles, polémicas y muchas, muchas emociones. Una vez más el derbi milanés no defrauda y ofrece 90' de entretenimiento, aunque más por las idas y venidas que por el ritmo técnico real de los dos equipos. Para ser exactos, fueron 97 minutos de furia y el número es cualquier cosa menos aleatorio: fue en ese momento, de hecho, cuando el primer derbi en la versión china de la historia encontró su punto de inflexión. Gol de Zapata impugnado por el Inter porque el tiempo de descuento, inicialmente de 5 minutos, lo amplió Orsato por cambios y pérdida de tiempo: una disputa que, por supuesto, continuó en la rueda de prensa, acabando involucrando a los dos entrenadores.
“El árbitro nos informó que alargaría un minuto el partido, estuvo perfecto – comentó Montella. – En los últimos 20' vi al Inter seguir perdiendo el tiempo, lo que hizo Orsato estuvo en lo cierto”. “Habla demasiado a menudo sobre sus oponentes, debería pensar sobre todo en su equipo – replicó Pioli. – De todos modos los partidos terminan cuando el árbitro hace sonar su silbato, deberíamos haber mostrado más atención”.
Partido loco el de San Siro, en la línea de lo sucedido en la ida pero esta vez con partidos invertidos. Sin embargo, la remontada del Milan es aún más sensacional: una cuestión de fuerza, pero también de tiempo de juego. De hecho, los dos goles rossoneri llegaron en la final, justo cuando el Inter, evidentemente erróneamente, pensaba ahora que tenía toda la apuesta en el bolsillo. Un 2-0 ganado en la primera parte, además tras haber arriesgado irse atrás con Bacca, Suso y Deulofeu, cerca de marcar y en cambio autores de tiros imprecisos. Y así el Inter se aprovechó de la más antigua de las leyes del fútbol: gol equivocado, gol concedido. En el minuto 36 Candreva recogió un pase de Gagliardini, aprovechó una incertidumbre de la pareja De Sciglio-Donnarumma y puso a su equipo en ventaja, 8' después Perisic quemó a Calabria por la izquierda y le sirvió un bombón a Icardi que fue descartado (44'). Doble ventaja para gestionar en la segunda parte, al menos ese era el plan de Pioli, que de hecho quitó a Perisic y Joao Mario para meter a Eder y, sobre todo, a Murillo. Sin embargo, un defensa más permitió al Milan salir al campo y tomar coraje y así, en el minuto 83, aquí está la pata de Romagnoli (asistencia de Suso) para dar aliento a la Curva Sud y esperanzas a Montella. En el minuto 97, luego el gol de Zapata (validado con tecnología, primer tiempo para el derbi milanés) y la consiguiente exultación de todo el mundo rossoneri, desató a Li Yonghong en la cabeza
“Ahora entiendo su alegría de ir, recuperar dos goles en un derbi es realmente una proeza – explicó el técnico milanés. – Por lo que hicimos fue absurdo perder, dimos una muestra de fuerza”. “Fue un partido doloroso, en el que elegimos cubrirnos y luego volver a ponernos en marcha - comentó Pioli. – La elección fue correcta, desafortunadamente, sin embargo, no prestamos atención a los balones muertos". El derbi milanés número 218 finaliza, por tanto, con un empate que, gracias a los resultados de Atalanta y Lazio, deja todo igual en la carrera por la Europa League. Sin embargo, solo quedan 6 jornadas disponibles: por eso este empate 2-2 se parece tanto a una victoria rossoneri y deja al Inter con un sabor amargo.