Milán sonríe ante la foto finish. Tanto el Milan como el Inter inauguran el nuevo año con victorias tan dolorosas como importantes, tanto a efectos clasificatorios como morales. Fallar los partidos con Cagliari y Udinese, de hecho, hubiera supuesto un claro retroceso desde todos los puntos de vista, sin peros. En cambio ambos, de una forma u otra, le han arrebatado los 3 puntos y pueden vivir una semana de mucha serenidad.
Es difícil decir si una de las dos victorias vale más que la otra: la clasificación diría que el Inter tenía más necesidad de triunfar, pero el Milan tenía un partido que no podía perderse, de lo contrario sus ambiciones se verían reducidas. El partido de San Siro se decidió con un gol de Bacca en el tiempo de descuento (88'), una patada en una asistencia de Lapadula que dio 3 puntos a los rossoneri justo cuando las esperanzas se desvanecían en el reloj.
Queda una actuación contradictoria: más que buena en la primera parte, decepcionante en la segunda. Esta vez, sin embargo, a diferencia de lo que sucedió con la Roma y el Atalanta, el episodio correcto se volvió a favor de los de Montella, más que felices de inaugurar 2017 con una victoria muy importante.
“Sigo pensando que el Milan dominó – comentó el entrenador. – Vi muchas cosas positivas, incluso si no disparamos mucho a puerta, teníamos que ser más rápidos y desbloquear el juego antes. No fue fácil, después de todo, todos los equipos que estaban delante de nosotros sufrieron y esto no puede ser una coincidencia: el primer partido del año siempre es así. ¿Baya? No es llamativo pero sí decisivo, lo ha vuelto a demostrar y forma parte de nuestro proyecto”.
Domingo de alegría también en el Inter, donde se celebra la cuarta victoria consecutiva. Sin embargo, este de Udine, frente a los de Genoa, Sassuolo y Lazio, venía de atrás, testimoniando que el conjunto de Pioli, además de técnica, por fin también ha encontrado carácter. Tras un gol de Jankto (17'), los nerazzurri supieron reaccionar y jugar sin perder la cabeza, a pesar de que el Udinese mostró mucha más reactividad en la primera parte.
Sin embargo, al final de la primera parte, tal y como reza la ley más antigua del fútbol ("gol fallado, gol encajado"), el gol del empate de Perisic volvió a equilibrar todo, un destello que cambió todos los escenarios y reavivó las ambiciones de los nerazzurri (47' ). De hecho, en la segunda parte el conjunto de Pioli consiguió crecer desde la distancia y se llevó una importantísima victoria, firmada de nuevo por Perisic, esta vez de cabeza ante una asistencia de Joao Mario (86').
“Somos un grupo competitivo, podemos jugar contra cualquiera – palabras del técnico del Inter. – Todavía tenemos que mejorar algunas situaciones: no podemos equivocarnos en la actitud inicial, no siempre se pueden enderezar los partidos. Pero apretamos los dientes, aguantamos y creamos las oportunidades adecuadas para ganar. Esto es fundamental, este debe ser el punto sobre el que seguir trabajando”.
