La emergencia del coronavirus ha llevado a Italia a la crisis más grave desde la guerra. La industria pagó el precio más alto, y la producción se redujo a la mitad en marzo y abril, según datos del Centro de Estudios Confindustria. Entre los sectores más afectados está el siderúrgico, lastrado por el desplome de la demanda de acero.
Pero esta realidadno puede ser excusa para desmantelar la antigua Ilvatruenan Marco Bentivogli y Valerio D'Alò, respectivamente secretario general y secretario nacional de la Fim Cisl.
Para desencadenar la reacción de los sindicalistas la noticia llegó en los últimos días desde los distintos centros de producción de ArcelorMittal. En Novi Ligure, la empresa ha decidido parar las plantas por falta de envíos. Solo operarán los departamentos de acabado y envío, hasta agotar existencias. Situación similar también en Génova, donde la empresa franco-india ha bloqueado casi por completo la actividad productiva debido a la cancelación de una serie de pedidos de importantes clientes. La ralentización de la producción implica también la planta de Tarento donde, según los sindicatos, contrariamente a los comunicados dados en los últimos días, ArcelorMittal habría decidido unilateralmente cambiar el programa parando plantas y ampliando el número de trabajadores colocados en despidos. La lista concluye con la planta de Salerno, donde la producción se ha detenido desde el 23 de marzo. La empresa había asumido un reinicio paulatino a partir del 4 de mayo, pero a la fecha la situación se ha mantenido en stand by.
"Necesitamos cambiar de rumbo para evitar que la industria siderúrgica italiana caiga al abismo”, dice Bentivogli que luego ataca: “en el grupo ArceloMittal reina la incapacidad de gestión de la dirección, que está poniendo en peligro la planta, con complicidad institucional, local y nacional”.
El panorama, según los sindicatos, es preocupante y las dudas sobre la continuidad productiva de ArcelorMittal crecen día a día. “Ha llegado el momento de salir evitando añadir más descontento en un ambiente ya lastrado por las diversas vicisitudes. El uso de los despidos está explotando, hay que dejar de pensar en las instituciones, y en el Mise en este caso concreto, como una máquina de propaganda. Hay que fortalecer el área de gestión de crisis, contrario a lo que ha hecho este gobierno. Cada vez es más frustrante traer trabajadores al ministerio y descubrir que ya no se realiza el trabajo de gestión de crisis. Pedimos al ministro Stefano Patuanelli que se centre en la industria y la infraestructura con un apoyo real a la innovación tecnológica y organizativa. La disputa de ArcelorMittal debe resolverse definitivamente. La gestión encubierta de la disputa solo ha causado daños. Necesitamos salir a la luz”, concluye la Fim Cisl.