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INFORME I-COM: los pagos electrónicos aún se desconocen en Italia, pero Europa está funcionando

INFORME DIGIFIN I-COM – En Europa se realizan 100 mil millones de pagos electrónicos cada año, pero Italia está dando el paso hacia un sistema de pago más eficiente y transparente – Crivellaro (MasterCard): “El motor del desarrollo de los pagos electrónicos son los incentivos al consumidor” – El modelo virtuoso de Corea y Argentina.

INFORME I-COM: los pagos electrónicos aún se desconocen en Italia, pero Europa está funcionando

Pagos electrónicos, estos desconocidos en Italia. Revelarlo es el Relación del Observatorio I-Com DIGIFIN (Digital Finance Innovation), según el cual mientras la digitalización de los pagos crece con fuerza en Europa, y crece a ritmos aún más evidentes en los países emergentes del resto del mundo, en Italia todavía marca el paso. En concreto, en el Viejo Continente se alcanzó el umbral de 2013 100 mil millones de transacciones sin efectivo por año: +22% con respecto a 2009, con las tarjetas de pago confirmadas como el instrumento más utilizado (43,6%), aunque en términos de volumen, las transferencias electrónicas ocupan el primer lugar. Sólo entre tarjetas de crédito y débito, las transacciones en 2013 en Europa fueron de 35 mil millones, por un valor total de casi 2 billones generado por 9,1 millones de Pos.

laItalia sin embargo, está lejos de seguir el ritmo, como revela la investigación del Instituto para la Competitividad, presentada en Roma: considerando todos los instrumentos de pago distintos al efectivo, en 2013 se registraron en la Bota 4,487 millones de operaciones, muy lejos de la media de Alemania, Reino Unido y Francia, los tres muy cerca de los 20 millones. La tasa de crecimiento en Italia era entonces del 13% en 2009, más baja que la de muchos otros países, incluidos Polonia y Suecia. en particular el Suecia registra una frecuencia per cápita 7 veces superior a la italiana: 250 operaciones al año frente a 34.

En términos de volúmenes, las cosas están un poco mejor: en ese caso, Italia, que tiene el promedio más alto de transacciones per cápita en términos de valor (pero se informa que esta cifra está disminuyendo), es cuarta con casi 10 mil millones, en cualquier caso por detrás de España que registra 11.500. Así como somos cuartos, a pesar de la obligación introducida hace un año, por número de transacciones vía TPV, por detrás de Holanda. Aún peor, sin embargo, es el Belpaese si consideramos la facturación total delSi el comercio electrónico: también debido a una posición que ocupa la retaguardia para la difusión de Internet de banda ancha, en Italia el comercio electrónico vale poco más de 11 mil millones de euros, un poco más que Austria y mucho menos que el Reino Unido, Alemania, Francia y España.

¿Cómo revertir esta tendencia, que significa no solo innovación tecnológica sino también transparencia, rapidez de movimiento y lucha contra la evasión fiscal? Explicó que, entre otros, Piero Crivellaro, jefe de políticas públicas del sur de Europa en MasterCard: “El motor de la difusión de los pagos electrónicos es el incentivo para los consumidores. No como lo hizo España, que lo entregó a los comerciantes, obteniendo el efecto contrario”. Sí, porque si es cierto que España tiene mejores números que Italia, su tendencia es aún peor. Esto se debe a que ya introdujo la reforma de las intercomisiones bancarias (las llamadas tasa de intercambio), que ahora será válido para todos los países europeos tras la emisión de un reglamento de la UE muy discutido en el sector bancario.

"Veremos qué efectos tendrá, ya hemos hablado", explica Crivellaro: el riesgo es que, como ocurrió en España, esta medida acabe desincentivando el uso de medios alternativos al efectivo en toda Europa y, por tanto, sobre todo en Italia. ¿Qué sucederá realmente? Que el porcentaje de cada transacción digital, pagado por el banco del comerciante al del comprador, pasará en Italia del 0,8% actual al 0,3% para tarjetas de crédito y al 0,2% para tarjetas de débito. En teoría (y en la práctica) una ventaja para el comerciante, como incentivo para equiparse con un TPV y aceptar pagos que no sean en efectivo, pero esa menor ganancia del banco del consumidor recae inevitablemente en este último, que por lo tanto estará menos incentivado. .

Porque es un perro que se muerde la cola: si en cinco años los comerciantes españoles se han ahorrado 2,75 millones en comisiones, la tarifa media de las tarjetas de pago ha aumentado un 50% para los consumidores, favoreciendo la vuelta a las retiradas en cajeros automáticos y por tanto en efectivo. Justo en la dirección opuesta a la que esperan Mastercard y otros actores del mundo bancario: “Estamos invirtiendo mucho en la digitalización de los pagos – explica Crivellaro -, y también planeamos para 2016 hacer que todos los terminales que usen Mastercard sin contacto, es decir, equipado con tecnología NFC”. La venta de smartphones compatibles con tecnología NFC es otro de los principales motores del desarrollo del mercado, a través del móvil.

Entonces, ¿cuáles son los modelos virtuosos a seguir? Vienen de muy lejos y les cuentan en el estudio DIGIFIN: se trata de corea del sur y argentina. Particularmente en Corea, el Gobierno necesitaba reducir la economía clandestina e intervino tanto en los comerciantes como en los consumidores. Primero un límite de transacciones en efectivo, correspondiente al equivalente de 42 dólares estadounidenses, Y entonces hubo uno exención de impuestos tanto para tarjetahabientes como para vendedores, con IVA reducido en un 2% para operaciones con TPV.

Resultado: las transacciones vía Pos pasaron de 1,7 mil millones en 2002 a 4 mil millones en 2009, y en el mismo período hubo un aumento de los ingresos fiscales atribuible a la trazabilidad de los pagos, del 30% en 2001 al 62% en 2009 (como % de los ingresos totales). En Argentina, en cambio, la grave crisis económica ha llevado a la obligación de utilizar instrumentos electrónicos para pagos de hasta 1.000 dólares y exención fiscal a los consumidores equivalente al 5% del IVA en transacciones con tarjeta de débito y 3% de IVA en transacciones con tarjeta de crédito. Resultado: en 2002 había 21 millones de tarjetas de crédito en circulación, en 2009 ya había 33 millones. No solo eso: las transacciones con tarjeta de crédito en puntos de venta aumentaron un 62 % entre 2002 y 2009, las transacciones con tarjeta de débito un 568 %.

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