Durante mucho tiempo se ha considerado que el desarrollo del sector manufacturero es un paso necesario para promover un crecimiento económico sostenido y duradero. La idea surge del hecho de que en el pasado, en comparación con otros sectores, las actividades manufactureras tendieron a crear más empleos y, también gracias a mayores inversiones en investigación y desarrollo, mostraron una mayor productividad. Hoy, sin embargo, esta prerrogativa parece haber disminuido. Un análisis reciente del Fondo Monetario Internacional destaca cómo en los últimos años el uso de nuevas tecnologías y el desarrollo del comercio internacional también han permitido un salto significativo en la productividad de algunos sectores de servicios.
Durante los últimos 45 años, la proporción global de ocupados en la industria manufacturera se ha mantenido más o menos estable, pero su distribución geográfica ha cambiado: a principios de la década de 13, uno de cada cuatro trabajadores en los países avanzados estaba empleado en este sector, en comparación con uno de cada diez en los países emergentes. Hoy en las economías avanzadas la participación ha caído al XNUMX%, más o menos lo mismo que en las economías emergentes, excluyendo a China. En muchos de estos últimos países, el pico máximo de empleo manufacturero se alcanzó en correspondencia con valores de empleo y renta per cápita inferiores a los experimentados en el pasado por las actuales economías avanzadas. El temor es que esto pueda tener un impacto negativo en el crecimiento general y conducir a un aumento de la desigualdad en la distribución del ingreso.
En Italia, el peso del empleo manufacturero sobre el total cayó del 19,9% en el período anterior a la crisis al 18,8% a fines de 2017. Sin embargo, la contracción afectó a todos los países de la eurozona donde, en promedio, el peso del sector sobre el empleo total aumentó del 17,4 % a principios de 2008 al 15,7 % a finales de 2017. En Alemania, el número de personas empleadas en la fabricación aumentó marginalmente (+3.800 empleados), pero el peso sobre el empleo total disminuyó 21 a 19,2%.
La contracción del número de ocupados en la industria manufacturera en Italia ha correspondido a una recomposición en favor de las cualificaciones más altas. Según datos de Eurostat, en 2008 la industria manufacturera italiana se caracterizó por un peso de las ocupaciones cualificadas inferior a la media de la economía: un 25,9% frente a un 40,5%. En 2017, el peso de los directivos, profesionales y técnicos especializados subió al 29,2%, mientras que en promedio para el resto de la economía cayó al 36,5%.
El crecimiento de los puestos cualificados se registró sobre todo en empresas con una alta propensión a la innovación digital. Además, en el mismo período de tiempo la productividad medida como la relación entre el valor añadido del sector y las horas efectivamente trabajadas aumentó más del 11%, valor no muy alejado del alemán.