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Industria: 2022 creciendo, pero cuidado con los riesgos energéticos y geopolíticos

Según el informe Prometeia-Intesa sobre sectores industriales, la recuperación récord de 2021 se debilitó en la última parte del año. 2022 creciendo pero cuidado con los riesgos geopolíticos y energéticos

Industria: 2022 creciendo, pero cuidado con los riesgos energéticos y geopolíticos

2021 fue el año de recuperación de la industria manufacturera italiana. El índice de producción industrial aumentó un 13,5% en los primeros 11 meses, acercándose (-1,2%) a los niveles de 2019, mientras que la facturación de enero a noviembre registró un aumento tendencial del 23% a valores corrientes, ubicándose en niveles de facturación un 9.6% superiores a los de 2019. Sin embargo, a fines de año, debido al recrudecimiento de la pandemia, el ritmo de crecimiento se desaceleró. A pesar de ello, el crecimiento también debería continuar en 2022, pero los riesgos geopolíticos y energéticos podrían desencadenar un retroceso. Así lo certifica el último informe sobre Sectores Industriales firmado por Prometeia e Intesa Sanpaolo.

Demanda interna y mercados externos

Entrando en detalles, el año pasado el pregunta interna registra una evolución positiva en los tres primeros trimestres de 2021, gracias al impulso de las inversiones (+18.1% en tendencia, según datos de la Contabilidad Nacional). Fueron sobre todo los que impactaron inversión en construcción (+24.5% inversiones en construcción en 2020, +11.6% en 2019) que superó los niveles pre-Covid (+3.9%). Las inversiones en maquinaria e intangibles también se comportaron bien (+13.6% en base tendencial en los primeros tres trimestres de 2021, +1.5% en 2019), mientras que un desempeño menos brillante estuvo marcado por medios de transporte y consumo (+3.8% tendencia en los tres primeros trimestres de 2021), que aún descuentan una brecha de más del 8% respecto a pre-Covid.

Mirando más allá de la frontera, las empresas italianas han logrado obtener excelentes resultados en mercados extranjeros: la exportación de manufacturas registró una tendencia de +18.2% en enero-octubre de 2021, a valores corrientes y +14% a precios constantes. Niveles muy por encima de los niveles previos a la crisis (+5% respecto a enero-octubre de 2019), junto con España (+6%), frente al +1.4% de Alemania y el -5% de Francia.

“La mayor contribución al crecimiento vino precisamente de los mercados de la UE, a los que se lo debemos más de la mitad del aumento de las ventas al exterior, aunque no faltaron actuaciones muy positivas en Estados Unidos y Asia. Tanto la cadena de suministro de la construcción como los sectores típicos Made in Italy fueron la fuerza impulsora. En particular, se reportan niveles de exportación de dos dígitos más altos que antes de Covid para electrodomésticos, productos químicos intermedios y alimentos y bebidas”, se lee en el estudio de Prometeia-Intesa Sanpaolo según el cual un importante impulsor del crecimiento de la facturación también provino deincremento en listas de ventas, acelerándose progresivamente durante 2021, en todas las principales economías europeas. 

Los diferentes sectores 

La comparativa con los niveles anteriores a la crisis pone de manifiesto una recuperación más intensa de la facturación en los sectores anteriores a las cadenas productivas y en los vinculados al ciclo de la construcción, a partir de Metalurgia y productos químicos intermedios, la primera en sufrir el impacto de la subida de los precios de las materias primas en los mercados internacionales: facturación +33.7% y +21.6% respectivamente en los once primeros meses de 2021, respecto a 2019. Fuertes subidas también para Electrodomésticos (+23% en enero-noviembre de 2021, nuevamente en comparación con 2019), i Muebles (+ 14.9%), Productos y materiales de construcción (no metálicos, +14.2%), i Productos metálicos (+14.1%, con un pico de crecimiento de la facturación en material de construcción metálico), la electrotecnia (+ 11.7%) y otros intermedios (+11.5% aproximadamente). 

En cambio, una menor intensidad de recuperación ha caracterizado a los sectores más acíclicos como Alimentos y bebidas (+ 6.9%), en sistema de moda no pasó del -6% en facturación, siendo el único sector que no se ha reposicionado en los niveles anteriores a la crisis. 

Estimaciones para 2022

La carrera registrada en 2021 es debilitado en la parte final del año. “La desaceleración es en parte fisiológica, por la comparación con una brillante recuperación en la segunda mitad de 2020, pero también adolece de una mayor incertidumbre, contextual al rebrote del virus y la presión alcista sobre los precios de la energía”, subraya el informe. La desaceleración ha involucrado a todos los sectores y está en línea con la fase de normalización del crecimiento global. 

A pesar de esto, los índices de confianza indican una continuación de la fase de expansión en los niveles de actividad manufacturera en los próximos meses, pero a tasas más moderadas. Entre los factores que dificultan el proceso de recuperación, las empresas reportan aspectos críticos en materia de abastecimiento, plazos de entrega y precios, ante un contexto de demanda interna y externa, que continúa juzgándose favorable, gracias también al apoyo de los planes de estímulo en todas las principales economías del mundo, incluida Italia, luchando con la implementación del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia.

"El PNRR representa una oportunidad única para llenar esas brechas estructurales y de competitividad en la base del diferencial de crecimiento constante de la economía italiana en comparación con sus socios europeos”, dice el estudio, que sin embargo destaca cómo una desaceleración más marcada en el crecimiento podría ser inducida por tensiones energéticas. También preocupado por el riesgo derivado de la actual tensiones geopolíticas lo que podría mantener altos los precios del gas, con impactos significativos en la factura energética de la fabricación italiana. “Un aumento prolongado de los costes podría generar presión sobre las listas de precios de venta en todas las cadenas productivas, afectando la competitividad de la industria italiana en los mercados internacionales y frenando la recuperación del consumo interno, que ya es más lenta que la experimentada en los principales países europeos”, termina el informe.

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