En Roma, el IMU de las primeras viviendas cuesta de media el doble que en Milán, donde, sin embargo, el impuesto es más alto para las segundas viviendas y las empresas. La primacía en cambio pertenece a Portofino, el municipio italiano donde el impuesto es absolutamente más alto: 1.030 euros en la primera vivienda (y es un promedio). En el extremo opuesto de la clasificación se encuentra Zerfaliu, una pequeña localidad sarda de la provincia de Oristano (1.081 habitantes): los contribuyentes gastaron una media de tan solo 16,14 euros en su vivienda habitual.
Pero volvamos a la comparación entre las dos principales ciudades italianas. En la Capital se pagó en total más de medio billón (565.361.194 euros) por la primera vivienda, para una media de 537,07 euros por contribuyente. Una historia completamente diferente en Milán, donde la recaudación total se acercó a los 140 millones (139.666.791 euros), o 292,29 euros por cada contribuyente individual.
Si ampliamos el análisis a la tributación de inmuebles distintos de la primera vivienda, sin embargo, la situación es muy distinta. En este frente, en Roma se pagó más de mil quinientos millones de euros (1.553.777.769), una media de 1.253,47 euros por contribuyente, mientras que en Milán la cantidad recaudada superó los 900 millones (923.030.446 euros), para una media unos 100 euros superior que la del capital (1.349 euros).
En cuanto al acaudalado Portofino, el impuesto sobre bienes inmuebles distintos de la primera vivienda también presentó una factura muy elevada: en conjunto se pagaron más de 2,4 millones de euros, para una media de 1.761 euros. ¿Y en Zerfaliu? La misma cifra es de 62,62 euros.
