La fecha límite debería pasar, pero las nuevas molestias administrativas no están en duda. En Hacienda se abre paso la hipótesis de adelantar en el calendario la última fecha útil para enviar la declaración del Imu. El plazo se fijó para el 30 de septiembre y debería prorrogarse hasta fin de año. Una decisión que parece inevitable, porque aún no se ha producido la aprobación del modelo Imu, aunque ya debería estar en trámite.
En realidad, en lo que se refiere a la IMU, las declaraciones ICI son heredadas en la mayoría de los casos. La obligación de producir una nueva se refiere, por tanto, a dos supuestos: los inmuebles en los que la disciplina IMU no se corresponde con la antigua ICI y las nuevas situaciones inmobiliarias a declarar surgidas durante 2012.
Haga cuentas, al final la obligación de declarar (en formularios en papel, por supuesto) afectará a muchos propietarios hasta ahora excluidos. El proyecto de instrucciones, por ejemplo, exige siempre declaraciones para las viviendas en alquiler, aunque el contrato de arrendamiento sea anterior a 2012.
Esto se debe a que los Municipios no pueden acceder a las bases de datos de la Agencia Tributaria, donde se archivan todos los documentos sobre alquileres en Italia. Ante las habituales dificultades de comunicación en la administración pública, la solución elegida parece ser, por tanto, una vez más la de la Italia predigital: pedir a los ciudadanos nuevos papeles para atiborrarlos en los almacenes.
