No es solo Google el que está regateando las tasas impositivas: como revelaron hoy varios periódicos, también hay otras sucursales italianas de los gigantes de Internet, que pagan impuestos muy bajos al fisco. En 2012, por ejemplo, Amazon pagó alrededor de 950 euros en impuestos, Facebook algo menos de 132 euros. El método es siempre el mismo: hacer que los ingresos por publicidad se facturen a la empresa matriz con sede en países con impuestos más bajos, como Irlanda y Luxemburgo. Por lo tanto, los impuestos a nivel "corporativo", es decir, a nivel de grupo, se pagan todos, pero precisamente en los países, donde se paga mucho menos.
Al igual que Google, Facebook y Amazon también tienen una estructura societaria tal que su sucursal italiana no factura la publicidad recaudada ni las ventas realizadas en nuestro país, sino que registra como ingresos los servicios prestados a otra empresa del grupo, ubicada en un Estado con la impuesto menos costoso: Irlanda, en lo que respecta a Facebook y Google, Luxemburgo en lo que respecta a Amazon. El efecto es sustraer partes de los ingresos imponibles de las autoridades fiscales italianas trasladándolos, legalmente según los gigantes de la web, a donde se gravan menos. Los 18,4 millones de ingresos de Amazon Italia Logistica y los 7,4 millones de Amazon Italia Services, las dos filiales de la luxemburguesa Amazon Eu Sarl, según los respectivos estados financieros, están representados por "ejecución de servicios prestados con referencia al contrato existente contra el accionista único".
También en lo que respecta a Facebook, la partida «ingresos por ventas y servicios», equivalente a 3,1 millones, «se refiere a los servicios prestados, en función de las relaciones contractuales vigentes con Facebook Ltd - Irlanda para la promoción de servicios en el mercado italiano» . La práctica está en la mira de las autoridades fiscales de varios países europeos, entre ellos Italia, pero los gigantes repiten como mantra el respeto a las normas fiscales. La verdadera solución está en Bruselas: si la fiscalidad dentro de la Unión Europea estuviera armonizada y las tasas fueran las mismas en todos los países miembros, no quedaría trucos.
