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Impresionistas franceses en Roma en versión virtual

En el Palazzo degli Esami hasta el 5 de diciembre los impresionistas franceses se escenificarán en una exposición totalmente nueva: no habrá pinturas originales, pero el espectador tendrá la sensación de sumergirse en el arte, la música y los perfumes del París del siglo XIX.

Impresionistas franceses en Roma en versión virtual

El arte es cambio, un artista es un individuo que logra interceptar los cambios en la sociedad, evolucionar juntos y hacer suyos nuevos descubrimientos científicos, revoluciones sociales, nuevas corrientes artísticas.

Quién sabe si los impresionistas pensaron que sus pinturas se combinarían con sonidos, imágenes en movimiento, perfumes, efectos tridimensionales cuando acercaron por primera vez los pinceles al lienzo.

En 1872 fue Impresión, amanecer de Claude Monet y de ahí nació un nuevo mundo y una nueva forma de hacer arte, el artista impone las impresiones sobre el lienzo, transforma la luz y la devuelve a la vida y el espectador se remite a la poder de esas emociones. La belleza del arte es que llega a todos, y no existe una definición de lo bueno y lo malo que se mantenga. Su poder radica en que hace que todos sientan las emociones de un momento y se dejen abrumar. En 1863 fue Desayuno sobre la hierba de Edouard Manet y en 1876 Bal au moulin de la Galette de Pierre-Auguste Renoir.

En 2018, en el Palazzo degli Esami de Roma, las pinturas originales no están allí, pero hasta el 5 de diciembre Giancarlo Bonomo ha organizado una exposición multimedia que celebra a los grandes maestros de la impresión en "Los impresionistas franceses: de Monet a Cézanne". La exposición es una nueva propuesta virtual y sin precedentes de obras maestras impresionistas como el Estanque de nenúfares de Claude Monet de 1899, el Bar delle Folies-Bergère de Eduard Manet de 1891, El almuerzo de remo de Pierre-Auguste Renoir, el autorretrato de Camille Pizarro de 1873. También habrá Los bailarines en el bar de Edgar Degas de 1888.

El espectador se proyectará en el París del siglo XIX y no solo en sus lugares, sino en sus calles, sus perfumes, sus sonidos, con la ayuda de la música de Offenbach, Tchaikovsky, Claude Debussy, Maurice Ravel.

Participar en la exposición será como vivir una película impresionista, eliminando cualquier distancia entre la obra de arte y el espectador.

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