El grupo indio Jindal y el propietario de Luxottica, Leonardo Del Vecchio, no desisten de la Ilva de Taranto y la relanzan de forma transversal ofreciendo 1.85 millones de euros y la contratación inmediata de 9.800 empleados, de los cuales 2.000 se destinarán a la realización de inversiones industriales y medioambientales. El objetivo es robar el photo-finish de Ilva a ArcelorMittal-Marcegaglia-Intesa Sanpaolo, que actualmente están en la pole position, ganando el consenso de los sindicatos y presionando al Gobierno y al Ministro Calenda que lidera las operaciones.
Tras la negativa de la Fiscalía General del Estado a subir únicamente los precios, el consorcio Acciaitalia, liderado por Jindal y apoyado por Del Vecchio, ha iniciado de hecho un contraataque con una nueva oferta global pero ha perdido el apoyo de Cassa depositi e prestiti y el industrial del hierro y el acero Arvedi, que se retiró.
La validez de la nueva oferta se ha ampliado hasta el 30 de septiembre de 2017. Veremos en los próximos días cómo Calenda será capaz de resolver un rompecabezas considerable cuyo objetivo es el relanzamiento de la industria siderúrgica italiana, a partir de la planta estratégica de Taranto. .
Mientras tanto, los sindicatos se movilizan al respecto: los secretarios generales de Fim, Fiom y Uilm, Marco Bentivogli, Maurizio Landini y Rocco Palombella, han decidido escribir al Primer Ministro, Paolo Gentiloni, y al Ministro de Desarrollo Económico, Carlo Calenda, en relación al diferendo Ilva, “para solicitar la convocatoria de una reunión previa a las decisiones que tendrá que tomar el Gobierno. Esto con el fin de poder explicar las valoraciones gremiales sobre un evento estratégico para el país y para el mundo del trabajo, como es el de Ilva”.
Pero el ministro Calenda enfrió inmediatamente el entusiasmo argumentando que "los procedimientos de licitación no se modifican en la carrera" y que la nueva oferta no cumpliría con los procedimientos porque el consorcio cambió después de las renuncias de Arvedi y Cdp.
