La preocupación por el futuro se disparaIlva de Tarento y sus más de 5 mil puestos de trabajo. La acería sigue yendo mal (casi dos millones de euros por día de pérdida), pero lo que alimenta los temores es sobre todo la nuevo parón al escudo penal para los directivos de Ilva contenida en una reforma al decreto empresarial, en la que el gobierno depositó su confianza anteayer.
En una carta conjunta, CGIL, CISL y UIL hablar sobre "decisión seriay piden una reunión urgente con el ministro de Desarrollo Económico, Stefano Patuanelli. "Los acontecimientos de las últimas semanas relativos a las perspectivas industriales y de empleo del grupo Arcelor Mittal Italia suscitan una gran preocupación e incertidumbre - escriben los sindicatos - En el mejor de los casos, existe el riesgo de una reducción drástica del empleo.; en el peor, es sólo el prólogo de un pasillo”.
En particular, Marco Bentivogli, número de la Fim Cisl, dijo en una entrevista con Formiche.it que "detrás de la elección de cambiar de nuevo el escudo penal para los trabajadores de Arcelor Mittal está una actitud esquizofrénica del gobierno, que torpemente intenta recuperar votos en Taranto pero en realidad proporciona una buena coartada para que la empresa se vaya. Nadie quiere trabajar en una empresa donde el que llega corre el riesgo de ir a prisión, culpable de aplicar la ley o con la responsabilidad de las gestiones anteriores”. Sin mencionar que "la disposición derogada no garantizaba ninguna inmunidad penal pero se limitó a la implementación del plan ambiental, por lo tanto con un perímetro y alcance limitado. Esta regla no impidió, aún en los meses anteriores, la investigación de delitos fuera de ese perímetro, como la seguridad de los trabajadores”.
Los industriales también están preocupados: "Con la enmienda suprimiendo la enmienda se abre un clima de incertidumbres que lastra un escenario ya lastrado por muchas incógnitas", dijo el presidente de Confindustria TarentoAntonio Marinaro.
incluso el alcalde de Tarento, Rinaldo Minucci (Pd), pidió a la ministra una reunión Patuanelli. Este último, en su intervención ante el Senado, trató de tranquilizar: “Encontraremos un punto de equilibrio con Arcelor Mittal -aseguró el titular de Desarrollo Económico- No hay plan industrial en Italia sin la siderurgia”.
El grupo no se ha pronunciado por el momento, pero en los últimos meses los directivos de la multinacional franco-india han reiterado en reiteradas ocasiones que sin inmunidad sería imposible continuar. Como primer paso, la empresa está de hecho a punto de solicitar la revisión del contrato.
El cambio de dirección también atestigua el nuevo rumbo: la semana pasada se agotó el tiempo de Matthieu Jehl, que había puesto en marcha el plan de recuperación de Ilva. En su lugar Lucía Morselli ha sido nombrada, la dama de hierro que enseguida dejó claras sus intenciones a los sindicatos, diciéndoles que "hay que rediseñar la empresa: aquí hay que intentar ganar dinero para los sueldos".
Mientras tanto, el mercado del acero está en fuerte declive. Los últimos datos hablan de una sobreproducción mundial de 550 millones de toneladas, más del triple de la producción europea del año pasado. El actual contrato de ArcelorMittal prevé unas inversiones de 2,4 millones que debían garantizarse con una producción de 6 millones de toneladas anuales, que en teoría se ampliaría hasta ocho. Hoy, sin embargo, Ilva no puede ir más allá de las cuatro, también porque dos de los altos hornos están cerrados por obras ambientales.